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El misterio del hombre
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bien, la ley de Dios requiere acción y cumplimiento, y el AMOR
es el cumplimiento de
la
ley divina (Romanos 13:10). Esta ley
solamente se puede cumplir mediante el amor de Dios que
proviene de Él (Romanos 5:5).
Adán,
pues, habría recibido el conocimiento espiritual pro–
fundo que es necesario para seguir el camino de vida de Dios.
También habría recibido el amor divino, único que puede cum–
plir aquella ley perfecta del amor y ponerla en acción.
Mediante el Espíritu divino,
Adán
también habría reci–
bido
la
FE
de Dios. Habría recibido conocimiento y ayuda de
su Hacedor. Habría dependido de Dios para que Él inter–
viniera en los asuntos fuera del control del hombre. En tales
asuntos, Dios hace por nosotros de manera sobrenatural lo
que nosotros no podemos hacer. En otras palabras, Dios pelea
nuestras batallas.
Adán rechaza la ley y el gobiemo de Dios
Adán
escogió un conocimiento diferente. Tomando PARA
sí la prerrogativa divina, determinó él mismo lo que es el bien
y lo que es el mal. Resolvió depender enteramente de sí
mismo tanto para el conocimiento como para el poder de
obrar bien o mal. Rechazó la confianza en Dios, optando por
la AUTOConfianza. La única justicia que podría adquirir sería
la AUTOjusticia, que para Dios es como trapo de inmundicia
(lsaías 64:6).
Adán
y Eva, pues, tomaron del árbol de la ciencia del
bien y del mal. Tomar este fruto era arrogarse la facultad de
saber lo que es bueno y lo que es malo, de decidir lo que es
correcto y lo que es pecado. Esto significaba, naturalmente,
rechazar
la
ley de Dios,
ya que ésta definía para ellos qué era
bueno y qué era malo.
El glorioso arcángel Lucero,
tal
como Dios lo había
creado originalmente, fue la manifestación suprema del poder
creativo de Dios en un ser individual. Pocos se
dan
cuenta del
enorme poderío que tiene Satanás, poderío que ahora se ha
convertido en astucia y engaño. Parece que
Adán
lo subes–
timó del todo.
El astuto Satanás indujo a
Adán
a desobedecer por
medio de su esposa Eva. No dijo: "¡EscoGE
MI
CAMINO!", sino
que apareció como una serpiente sutil que
la
engañó hábil-