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El misterio de los siglos
vanidad. El estudiante universitario llega a considerarse como
un profesional en cierne, o sea como alguien superior a quienes
no tienen su tipo de educación. Imbuido del concepto básico de
la evolución, se siente muy por encima de los que creen en Dios
y en el Señor Jesucristo, y los mira con desprecio.
Cerrada la puerta de la salvaci6n
Cuando Adán tomó su fatal decisión, DIOS
LE
CERRÓ EL
ACCESO
AL
ÁRBOL DE LA VIDA (Génesis 3:22-24) a él y a sus
descendientes por 6.000 años. La única excepción fueron los
profetas escogidos para escribir la Biblia, al igual que la
Iglesia llamada por Jesucristo a salir de este mundo. Jesús
dijo claramente: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que
me envió no le trajere" (Juan 6:44).
Entonces Dios, desde la fundación del mundo, dispuso un
plan maestro de 7.000 años para el cumplimiento de su
propósito.
Fue Satanás quien engañó a Eva. Luego Adán pecó
deliberadamente tomando del fruto prohibido. Desde enton–
ces todo el mundo ha estado bajo engaño (Apocalipsis 12:9).
Hagamos aquí una pausa momentánea. Comprendamos
que esta fue la fundación del mundo que hoy habitamos. En
ese momento Satanás debió contemplar su obra con satisfac–
ción perversa. Debió pensar que había derrotado a Dios, que
Dios no había podido quitarlo del trono de la tierra por medio
de Adán.
Pero Dios dice que su consejo permanece. El plan de
7.000 años de Dios hará realidad los designios divinos con
gloria excelsa y arrolladora.
Entendamos este punto, que ha sido un misterio para el
mundo. Cuando Dios vedó el acceso al árbol de la vida, vedó
la redención y la salvación de la humanidad por 6.000 años
hasta que Jesucristo, el segundo Adán, regresara a la tierra
con gloria y poder supremos para destituir a Satanás de su
trono y gobernar a todas las naciones.
Adán había tenido la oportunidad de elegir el gobierno de
Dios, restablecerlo en la tierra y remplazar a Satanás en el
trono. Como fracasó, la humanidad en general no puede tener
acceso a la salvación hasta que Jesucristo, el segundo Adán,
haya hecho lo que el primer Adán no hizo: quitar a Satanás,