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El misterio de la civilización
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así como Dios decidió preservar las razas originales de la
catástrofe del diluvio.
Fuera de lo dicho arriba, sabemos muy poco del desarro–
llo de la civilización antes del diluvio.
La humanidad debería haber aprendido la lección des–
pués del diluvio, pero aislada de Dios y desviada por Satanás,
no la ha aprendido. Ahora nuevamente, "como en los días de
Noé", dijo Jesús en una profecía, existe una explosión demo–
gráfica y los males se multiplican. Esta vez una guerra nuclear
amenazará con destruir al hombre. Mas por causa de los
"escogidos" de la verdadera Iglesia de Dios (Mateo 24:21-22),
el Todopoderoso interrumpirá la destrucción
y
esta vez en–
viará a Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores para
remplazar a Satanás y ocupar el trono de la tierra.
El origen de las ciudades
Corría apenas la segunda generación después del diluvio
cuando un hombre llamado Nimrod organizó a
la
gente en
ciudades. Primero vino la torre de Babel
y
la ciudad de
Babilonia, luego Nínive y otras ciudades-estado.
Dios había fijado los límites de las naciones con el
propósito de segregar
las
razas.
A continuación citamos un trabajo de tesis de C. Paul
Meredith titulado
El gran engaño de Satanás
(páginas 14-16):
Todo el mundo después del diluvio sabía
de
Dios
y
sabía por
qué
había ahogado a los malos. Al principio
temieron hacer el mal ... Los hombres vivían ... sin ciuda–
des y sin leyes, y todos hablaban un mismo idioma ...
Este grupo, compuesto de los
únicos humanos en la
tierra
(puesto que Dios había destruido a los demás en el
diluvio), comenzó a emigrar de los montes de Ararat (Géne–
sis 8:4) donde había encallado el arca: "Tenía entonces toda
la
tierra
una sola lengua
y unas mismas palabras. Y acon–
teció
que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura
en
la
tierra
de
Sinar, y se establecieron allí" (Génesis
11:1-2).
Este pueblo, conocido ahora como los sumerios
(Ancient History in Bible Light,
Historia antigua a
la
luz
de la Biblia, por D. R. Miller, página 51), atravesaron
las
montañas del oriente y Uegaron a una Uanura feraz consti–
tuida por el aluvión de los ríos Tigris y Éufrates. Esta tierra
de Sinar se conoce hoy como la antigua Babilonia
(Ancient