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El misterio de Israel
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Durante un período que abarcó 19 reyes y siete dinastías,
el reino de Israel compuesto por las 10 tribus siguió pecando,
rechazando los ruegos de los profetas que Dios le enviaba. Los
asirios conquistaron a la casa de Israel luego de un sitio
aproximadamente en el año 721
A.C.
La gente fue sacada de
sus casas, sus fincas y aldeas y llevada en cautiverio a Asiria,
en
la
costa sur del mar Caspio.
De allí, en un lapso de 100 años, los israelitas emigraron
hacia el noroccidente como las 10 tribus perdidas.
El mundo nunca supo qué fue de ellos. El mundo ha
creído, erróneamente, que todos los israelitas eran judíos.
Pero en la Biblia la palabra judío se aplica solamente a las
tribus de Judá, Benjamín y Leví. Los levitas se habían unido
al reino de Judá cuando Jeroboam los expulsó.
Un castigo de 2.520 al\os
A partir del cautiverio de Israel (721
A.C.),
esa nación
sufrió 2.520 años de castigo
tal
como fue predicho en
Levítico 26. Durante ese tiempo, las promesas de prosperi–
dad y poderío que Dios había dado a Abraham estuvieron
retenidas. Este lapso habría de terminar en 1800, cuando
Israel recibiría el dominio económico y la supremacía
nacional. Tenía que ser así, pues Dios lo había prometido
incondicionalmente a Abraham.
La manera como a partir del año 1800 Israel recuperó el
dominio y la prosperidad prometidos por Dios incondicional–
mente, es materia de nuestro libro titulado
La
llave maestra
de
la
profecía.
Mientras tanto, los judíos del reino de Judá sufrieron
también la derrota y el cautiverio, en este caso a manos de
Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Entre los cautivos judíos llevados a Babilonia había un
joven brillante de nombre Daniel, profeta y autor del libro de
la Biblia que lleva su nombre. Dios se valió del profeta Daniel
como intermediario entre Él y el rey Nabucodonosor.
Aquel rey gentil había organizado el primer imperio del
mundo reuniendo a varias naciones bajo un solo gobierno.
Dios utilizó a Daniel para hacer saber al rey de Babilonia que
el Dios creador rige la tierra y que Nabucodonosor conser–
vaba su trono sólo por la voluntad divina. En realidad, Dios