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El misterio
de
la Iglesia
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Recordemos que Dios ha dispuesto un plan maestro de
7.000 años para cumplir este propósito. Hemos dicho que su
propósito es reproducirse a sí mismo. Pero en realidad, repro–
ducirse significa convertir al mundo del pecado a la justicia
de Dios. Significa inculcar en los futuros hijos de la familia
divina aquel carácter espiritual y perfecto de Dios. Final–
mente, nacerán como hijos dentro de la familia de Dios.
Y así como Dios no creó todo a la vez sino en etapas
sucesivas, también está trayendo la salvación al mundo en
etapas sucesivas. La Iglesia es un instrumento necesario para
preparar y traer la salvación a
la
humanidad. Por tanto,
reiteramos una vez más que el propósito de la Iglesia no es
simplemente traer salvación a los llamados a ella, sino ense–
ñar y capacitar a los predestinados y llamados para hacer de
ellos instrumentos que Dios pueda utilizar para conducir al
mundo a la salvación.
La Iglesia: una "universidad pedagógica"
Ilustraremos lo anterior con una analogía. En muchos
lugares se han establecido universidades y escuelas pedagógi–
cas cuya tarea es capacitar maestros.
La
Iglesia podría lla–
marse la universidad pedagógica donde se preparan gober–
nantes y maestros para el reino de Dios, los cuales servirán
cuando Él ofrezca la redención y la vida eterna al mundo en
general.
La Iglesia se planeó como un instrumento de Dios para
llamar a los predestinados a salir del mundo y prepararse
para ocupar puestos de liderazgo en el mundo de mañana,
donde enseñarán y capacitarán a otros. Por eso los miembros
de la Iglesia son
las
primicias de
la
salvación de Dios.
Todo esto tenía que hacerse por etapas, una cosa a
la
vez,
dentro del desarrollo del plan maestro de Dios.
Ahora recordamos al lector que el Espíritu Santo se le
vedó al hombre cuando Adán pecó en tiempos de la fundación
del mundo. Quedó vedado para la humanidad en general
HASTA QUE
Cristo, el segundo Adán, restableciera el gobierno
de Dios y destronara a Satanás. Esto queda claro leyendo la
afirmación de Jesús en Juan 6:44, que se refiere a esta era de
la Iglesia
y
dice que nadie puede venir a Él si el Padre no lo
trae. Por eso es que el Nuevo Testamento siempre habla de