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El misterio de los siglos
Nótese que estas iglesias engañadas pero fraudulentas
creen ser la Iglesia verdadera y que sus ministros "se disfra–
zan como ministros de justicia". En otras palabras, parecen
ser verdaderos ministros de Jesucristo. Efectivamente, mu–
chos pueden ser sinceros, ya que obran bajo engaño. No han
conocido ni predicado el verdadero evangelio de Jesús, que es
el EVANGELIO DEL REINO DE DIOS (Mateo 24:14). Tampoco
entienden lo que se ha escrito en este libro acerca de la
IGLESIA DE DIOS.
Una parte de la verdad
Muchos grupos protestantes, así como algunos "ministe–
rios" personales, citan ciertos pasajes de las Escrituras, espe–
cialmente los relacionados con la vida cristiana, la fe, el amor,
etc. Pero hacen caso omiso de otros pasajes básicos citados
en este libro. Satanás parece estar dispuesto a permitir que
los engañados tengan una parte de la verdad.
Pero estas personas se desvían cuando de ciertas verda–
des esenciales se trata. Generalmente carecen del nombre
correcto: Iglesia de Dios. No proclaman el reino de Dios ni
saben qué es. Esto significa que no tienen ni proclaman el
verdadero evangelio de Cristo. No tienen el gobierno de Dios
encabezado por Jesucristo y con apóstoles, evangelistas, pas–
tores y otros ancianos. No saben en qué consiste la salvación.
No entienden el propósito ni el plan de Dios.
La Iglesia original, víctima de oposición y persecuciones,
sigue existiendo y tiene estas pruebas de que ella constituye
la
verdadera Iglesia original. Y aun esta Iglesia, hasta el año
de 1933, había perdido muchas verdades esenciales. Desde ese
año ha recobrado por lo menos 18 verdades básicas y esencia–
les.
La mente sola no puede saber
Hasta ahora no había podido dar una explicación clara
y concisa de qué es la Iglesia y por qué existe.
¿Por qué no?
Porque las personas natural y normalmente piensan sólo
en cosas físicas y materiales. La gente no sabe que está
ENAJENADA de Dios.
La
mente humana que no ha recibido el
Espíritu Santo de Dios no puede pensar espiritualmente. No