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El misterio del reino de Dios
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humildad ante Dios y llegó a depender de Él y estuvo lleno
de su Espíritu ... bueno, es dificil que algún otro hombre lo
iguale como ingeniero sobre los vastos y estupendos proyectos
de construcción mundial.
Los indicios, pues, son de que Job dirigirá un plan
mundial de renovación urbana con reconstrucción de los
lugares asolados y las ciudades destruidas, no como están
ahora sino de acuerdo con las disposiciones de Dios. Habrá
gigantescos proyectos de ingeniería, como presas y plantas de
energía, o lo que Cristo decrete.
Aún hay otro individuo señalado como funcionario de
alto nivel en la futura administración. Es Zorobabel (Hageo,
y Zacarías 4).
Hasta aquí, la nueva supercivilización mundial a nivel
nacional e internacional.
Ahora llegamos al mundo de mañana a nivel individual:
la Iglesia, la religión, el sistema educativo.
Educaci6n
y
religi6n en el maftana
Cuando Jesucristo regrese a la tierra con todo el poderío
supremo y la gloria del Dios creador, vendrá a traer la
salvación espiritual al mundo.
Cuando Jesucristo se siente en el trono de su gloria, en
Jerusalén, todas las naciones compuestas de seres humanos
mortales, de sangre y hueso, estarán allí delante de Él.
Entonces empezará a separar a "las ovejas de los cabritos".
A las ovejas a su derecha el Rey dirá: "Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde
la
fundación del mundo" (Mateo 25:34).
Los convertidos ahora son herederos. Recibiremos el reino
cuando Cristo regrese. Los muertos en Cristo resucitarán, se
levantarán primero, convertidos en seres espirituales inmor–
tales. Los que estén vivos, en Cristo, se transformarán instan–
táneamente en seres espirituales inmortales y se reunirán con
los santos ya resucitados para encontrar a Cristo cuando des–
cienda en el aire. Entonces estarán separados por
la
inmortali–
dad de los seres mortales en la tierra.
Donde esté Jesús, allí estarán ellos. Estarán con Él
siempre. Y ¿dónde estará? Sus pies se posarán aquel mismo
día en el monte de los Olivos (Zacarías 14:4).