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Cómo solucionar sus problemas de finanzas
por nuestros pecados con su muerte en la cruz. Sin embargo,
sólo un Salvador viviente puede impartirnos el don de vida
eterna. Así, Dios levantó a Jesús de entre los muertos
mediante una
RESURRECCIÓN.
Luego Jesús ascendió al cielo, al trono mismo de Dios,
donde continúa hoy como nuestro
SUMO SACERDOTE
por toda la
eternidad. Esa es su labor ahora. Muy pronto asumirá otro
cargo y volverá a la Tierra con todo el poder y la gloria de
Dios, como
REY
de reyes y (continuando su cargo sacerdotal)
como Señor de señores.
En su oficio de sumo sacerdote, Jesús se sienta como
cabeza
viviente de la Iglesia de Dios, que es el verdadero
cuerpo de Cristo en esta era. El es sumo sacerdote para esta
era y para todas las edades futuras.
Como sumo sacerdote, Cristo tiene una dignidad
jerárquica que está por encima de cualquier otro rango
sacerdotal: "Según el orden de Melquisedec", es decir, con el
rango
de Melquisedec.
¿Quién es Melquisedec? Este es uno de los grandes
misterios de la Biblia. Basta decir aquí que Melquisedec era el
sumo sacerdote de Dios en tiempos de los patriarcas y que
Cristo ocupa ahora el mismo puesto y posee el mismo rango.
La administración mosaica era puramente material,
carnal. El
EVANGELIO
no se predicaba en Israel, ni sus
sacerdotes lo llevaron a otras naciones. Los israelitas forma–
ban una congregación enteramente física, no una iglesia
engendrada por el Espíritu. El ministerio consistía en ritos,
ordenanzas físicas, sacrificios y ofrendas encendidas. Esto
requería del sacerdote una labor física muy ardua.
Así pues, durante aquellos años estuvo en vigencia un
sacerdocio diferente, de
rango inferior:
un sacerdocio de
jerarquía apenas humana, muy inferior al rango espiritual y
divino de Melquisedec y de Cristo. Aquellos sacerdotes
pertenecían a la tribu de Leví; se les llamó el sacerdocio
levítico.
Un sacerdocio que recibía diezmos
Con todo, aunque inferior en rango, este sacerdocio tenía
que sostenerse económicamente. El plan financiero de Dios
desde la antigüedad y a través del sacerdocio de Melquisedec