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Cómo solucionar sus problemas de finanzas
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En Lucas 11:42 este mismo mandamiento se repite en
forma similar, jy también fue inspirado por el Espíritu Santo
de Dios para que se incluyera en el Nuevo Testamento!
Al hombre le gusta pensar que la ley de Dios referente al
diezmo es algo
pequeño,
de escasa importancia. Pero hablan–
do aun de los pequeños puntos de la ley de Dios, Jesús aclaró:
"De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos
muy pequeños,
y así enseñe a los hombres,
muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas
cualquiera que los
HAGA
y los
ENSEÑE,
éste será llamado
grande
en el reino de los cielos" (Mateo 5:19).
El diezmar
y
las deudas
Algunos dirán: "No creo que sea muy razonable que yo
pague diezmos mientras tenga deudas". Sí,
es
razonable y
correcto, y lo contrario es
ERRÓNEO.
"Hay camino que al
hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte"
(Proverbios 14:12). La Palabra de Dios nos define lo que es
RECTO,
y Dios nos dice que paguemos a su obra los diezmos y
las
primicias
de todos nuestros ingresos. Respecto de nuestras
necesidades materiales y económicas Dios dice: "Buscad
primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33).
El diezmo es la deuda que cada uno de nosotros tiene
con Dios.
Esta deuda ocupa el
PRIMER LUGAR.
Paguemos
nuestras deudas a Dios; aceptémoslo como sociO y recibamos
las bendiciones correspondientes. Quien obedezca tal manda–
to podrá pagar sus deudas, podrá conseguir empleo y proveer
a sus necesidades más rápidamente de lo que podrá si evade el
pago de su deuda con Dios.
Recuérdese que
TODO
lo nuestro pertenece a Dios, no a
nosotros (Deuteronomio 10:14). Cada uno de nosotros, como
individuo, está en la posición de un siervo que maneja
aquello que
pertenece a otro.
Dios es nuestro socio en
comandita, y la primera décima de nuestros ingresos, además
de ofrendas, son la participación que a El le corresponde. El
resto Dios nos lo obsequia gratuitamente. Pero si nos
apropiamos la participación de El, le estaremos
ROBANDO A
DIOs (Malaquías 3:8). ¿Pagaríamos nuestras deudas con
dinero que otra persona dejara a nuestro cuidado? ¡El