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Cómo vendrá la paz mundial
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advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el
reino de Dios está entre vosotros" (Lucas 17:20-21).
Jesús estaba hablando con fariseos inconversos, carnales,
hipócritas
y
mentirosos. El texto dice que El "les respondió
y
dijo ..." Fueron los fariseos quienes le hicieron la pregunta.
¿Eran ellos miembros de la Iglesia? No. Si alguien cree que el
reino es la Iglesia
y
que el reino estaba "dentro" de los
fariseos, ¿estaba entonces la Iglesia dentro de los fariseos?
¿No es ridícula semejante suposición?
Fijémonos una vez más en lo que Jesús dijo exactamente.
Recordemos que la Iglesia aún no había sido fundada. Jesús
no dijo: "El reino de Dios será establecido en vuestros
corazones". No dio ninguna de las interpretaciones que
algunas personas suelen dar a este versículo. El dijo a los
fariseos: "El reino de Dios está ..."(tiempo presente, o sea en
ese momento). Lo que dijo sobre el reino de Dios lo dijo en
tiempo presente, no futuro.
Lucas escribió estas palabras en idioma griego. Las
palabras griegas fueron traducidas al español en algunas
versiones como "dentro de vosotros está". Pero la versión de
Reina-Valera, revisión de 1960, las traduce: "El reino de Dios
está entre vosotros". La revisión de 1977las traduce: "El reino
de Dios está en medio de vosotros". El contexto indica que las
últimas dos son traducciones acertadas del texto griego.
Jesús no se estaba refiriendo a una iglesia que pronto iba
a ser establecida. No estaba hablando de sentimientos en la
mente o en el corazón. Estaba hablando de su REINADO como
Mesías. Los fariseos no le preguntaron acerca de una iglesia.
Ellos nada sabían sobre el futuro establecimiento de la Iglesia
del Nuevo Testamento. No preguntaron nada acerca de algún
sentimiento. Ellos sabían por las profecías de Daniel, Isaías,
Jeremías
y
otros que el Mesías pronto habría de venir. Sin
embargo, pasaron por alto las profecías de su primera venida
como el "Cordero de Dios", quien habría de ser sacrificado por
los pecados de la humanidad después de nacer, crecer
y
ser
rechazado
y
despreciado por ellos, tal como fue profetizado en
el capítulo 53 de Isaías. Tuvieron en cuenta únicamente las
profecías de su
segunda
venida como REY conquistador
y
gobernante. Esto era lo que los fariseos concebían como el
reino de Dios.