Página 13 - Spanish

Versión de HTML Básico

¿Creó Dios al diablo?
9
La tierra fue creada perfecta. Luego
SE VOLVIÓ
caótica
debido a la rebelión angelical. Entonces, en seis días Dios
rehizo
su superficie, la
reformó,
la
remodeló
(Salmos 104:30) y
creó en ella seres humanos.
A Lucifer le fue dado un puesto
gubernamental.
Dios le
dio a Adán la oportunidad de remplazado, de sentarse en el
trono de la tierra y de restaurar el gobierno divino en nuestro
planeta. Adán rechazó esa tremenda oportunidad al ceder a la
influencia de Satanás; por consiguiente, el diablo aún perma–
nece en el trono de la tierra como el dios de este mundo.
Cristo, el segundo Adán, vendrá muy pronto a tomar posesión
de ese trono y a
restaurar
el gobierno divino (Hechos
3:19-21).
Dios puso al gran querubín Lucifer sobre la tierra para
que administrara el gobierno divino, pero él rehusó hacer la
voluntad de Dios, cumplir sus mandamientos, someterse a ese
gobierno. Quiso establecer sus propios mandamientos y su
propio camino de vida, y por causa de esta rebelión
se hizo
inapto
para ocupar una posición en el gobierno divino.
Adán tuvo la oportunidad de remplazado, pero fracasó
en la prueba que se le puso para ver si vencería y obedecería a
Dios. Obedeció al diablo y quedó así sujeto a la influencia
engañadora de este malévolo ser. Desde entonces, toda la raza
humana ha sido esclava de su engaño (Apocalipsis 12:9).
Jesucristo vino 4.000 años más tarde y se sometió a la
gran prueba: la tentación suprema de Satanás.
El
SE NEGÓ
a
obedecer al diablo.
Citó las Escrituras correctamente.
¡Obede–
ció a Dios!
Finalmente se dirigió al diablo y
le dio una orden:
"Vete
de mí, Satanás" (Lucas 4:8, 13). ¡Y éste obedeció!
Desde entonces, el sucesor de Satanás se ha hecho apto
para tomar posesión del gobierno de la tierra. Y aunque ahora
está en el cielo donde ha permanecido por más de 1.900 años,
pronto retornará, y cuando lo haga
el diablo será
DESTERRADO.
Cristo tomará las riendas del gobierno, restaurará las leyes de
Dios y por fin habrá paz y orden.
Hemos visto que Dios
NO
creó al diablo sino a un
querubín llamado Lucero, perfecto en todos sus caminos, pero
dotado de libre albedrío. ¡Lucero se trasformó a sí mismo en
diablo por su rebelión contra el gobierno de Dios! o