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¿Creó Dios la naturaleza humana?
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mente suponen que nacen los bebés) es la naturaleza del reino
de Satanás, pero "de los tales"- de los bebés- es el reino de
Dios.
"En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús,
diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y
llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De
cierto os digo, que si no os volvéis y
os hacéis como niños,
no
entraréis en el reino de los cielos" (Mateo
18:1~3).
Aunque los humanos no nacemos llenos de maldad,
pronto comenzamos a absorber y a
adquirir
la actitud egoísta
y egocéntrica que Satanás nos transmite. El reino de los
ángeles de Satanás (ahora convertidos en demonios) rechazó
el gobierno de Dios y, por consiguiente, éste dejó de
administrarse en la Tierra.
El propósito de Dios al crearnos y ponernos sobre este
planeta fue desarrollar en nosotros el mismo carácter santo y
justo que El tiene. Quiere a un pueblo que
RECHACE
y venza el
camino de vida de Satanás y se vuelva al camino de vida de
Dios, que es el camino de
SU GOBIERNO DIVINO.
Hay sólo un lugar en la Tierra donde el gobierno de Dios
es administrado hoy: en la única y verdadera Iglesia de Dios.
Satanás está furioso. ¡El odia a la Iglesia! Trata sutilmente de
introducir en quienes están bajo ese gobierno de
amor,
una
hostilidad que lo deforma y lo mal representa como si se
tratara del duro y cruel gobierno demoniaco.
Pero repetimos: Dios creó a Lucifer
"perfecto
en todos
sus caminos hasta que se halló en él maldad". Satanás
adquirió
la naturaleza de rebeldía y maldad por su falso
razonamiento, y Adán, a su vez, la adquirió de Satanás. Los
efesios (Efesios 2:1) también la adquirieron de Satanás, al
igual que todo el resto de la humanidad, con excepción de
Jesucristo. Ahora, sin embargo, en Cristo y por su gracia
nosotros podemos adquirir la
NATURALEZA DIVINA
(11 Pedro
1:4).
¡El gran propósito del Todopoderoso es
RESTAURAR EL
GOBIERNO DIVINO
sobre la Tierra, en y por medio del
REINO DE
DIOs! Nosotros podemos, por la gracia de Cristo,
cambiar
la
"naturaleza humana" y erradicarla enteramente de nosotros
sustituyéndola con la naturaleza divina.