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¿Cuál es el día de reposo cristiano?
Pero Dios dijo (versículos 14-33) que si rehusaban
obedecer aquellos mandamientos, serían víctimas de enferme–
dades, perderían toda prosperidad durante 2.520 años, serían
invadidos, conquistados y expulsados de su tierra y llevados
como esclavos a las tierras de sus enemigos.
Ahora bien, recordemos que Dios estableció con ellos un
PACTO ESPECIAL, de vigencia perpetua, respecto al día sábado
(Éxodo 31:12-17). El sábado se estableció como
SE~AL
nacional que identificaría a Dios y le daría a conocer al pueblo;
sería también la señal que los identificaría a ellos como el
pueblo de Dios.
Cuando sobrevino la división y se establecieron dos
naciones, el reino o casa de Israel proclamó rey a Jeroboam.
Lo primero que éste hizo fue introducir la idolatría y el
quebrantamiento del sábado.
Tal como Dios había advertido, estos pecados trajeron
como resultado la invasión nacional por el rey Salmanasar de
Asiria, la derrota, el cautiverio y la esclavitud en dicho país.
Todo esto sucedió entre los años 721-718 A.c.
Ahora veamos lo que dijo Dios al respecto mediante el
profeta Ezequiel.
Ezequiel recibió un mensaje de Dios para la CASA DE
IsRAEL (no la casa de Judá). El profeta se contaba entre los
judíos cautivos, más de 100 años después del cautiverio de
Israel. Cuando Judá fue llevada en cautiverio, los asirios ya
habían sido subyugados por los babilonios. Los asirios habían
emigrado de su tierra en las costas sureñas del mar Caspio
rumbo al noroccidente. Finalmente se asentaron en lo que hoy
se conoce como Alemania.
El pueblo de la casa de Israel también emigró hacia el
noroccidente, pero no se asentó en Alemania. Siguieron más
hacia el oeste y hacia el norte hasta llegar a Europa Occiden–
tal: Francia, Bélgica, Holanda y los países escandinavos. Aún
permanecen en estos lugares, excepto la tribu de Manasés que
más tarde emigró a los Estados Unidos.
Se comisionó al profeta Ezequiel para que se "fuera" de
donde estaba, entre los judíos, a la CASA DE IsRAEL: " ... vé y
habla a la casa de Israel", dijo Dios (Ezequiel 3:1).
Pero Ezequiel jamás llevó aquel mensaje a la casa perdida
de Israel porque era esclavo y no podía hacerlo. No obstante,