Página 90 - Spanish

Versión de HTML Básico

84
¿Cuál es el día de reposo cristiano?
La DEFINICIÓN BÍBLICA de un cristiano es aquel que ha
recibido el
don
del Espíritu Santo de Dios y es guiado por ese
mismo Espíritu. En otras palabras, CRISTO EN NOSOTROS ES
NUESTRA ESPERANZA DE GLORIA (Colosenses 1:27).
El Espíritu Santo es el Espíritu que imparte la vida que
emana de la persona misma del PADRE y de CRISTO. El
Espíritu Santo
en
nosotros no sólo nos imparte el
amor,
la
fuerza,
la
fe
y la
vida
del Cristo viviente, sino también el
sentir o la MENTE de Cristo (Filipenses 2:5).
Significa, literalmente, que Cristo mismo está
en
nos–
otros, no en persona sino EN ESPÍRITU (Gálatas 2:20). Jesucris–
to es un Salvador que está
en
nosotros, que entra en nuestra
mente ¡para limpiarnos y salvarnos desde lo
interior,
desde lo
más profundo de nuestro ser!
¡SIGNIFICA QUE JESUCRISTO VIVE EN (DENTRO DE) NOSOTROS!
En otras palabras, significa que nos entregamos a Jesucristo
para que Él viva nuestra vida
¡por nosotros!
Ahora bien, si Jesucristo se halla en nosotros (en caso
contrario no somos cristianos realmente convertidos), ¿hará
Él, dentro de nosotros, que se profane su día santo y se
observe algún otro?
¡IMPOSIBLE!
Jesucristo no ha cambiado. Él es el MISMO ayer, hoy y por
los siglos (Hebreos 13:8).
Fue Cristo quien CREÓ el sábado. Fue Cristo quien reposó
aquel primer sábado. Fue el Eterno
(Yhwh),
quien más tarde
se convirtió en Cristo, quien habló a los israelitas en el sábado
(Éxodo 16). Fue Cristo quien guardó el sábado
conforme a su
costumbre
(Lucas 4:16).
¡Jesucristo siempre ha puesto su presencia en su día
santo! Si Cristo se halla
en
nosotros, entonces Él, dentro de
nosotros, ¡no puede guardar otro día hoy! Y si alguien,
habiendo leído la verdad expuesta en este libro, se rebela o
busca pretextos para no santificar el día sagrado de Dios,
entonces, con base en la infalible autoridad de Cristo, le diré
que Cristo no está
en
tal persona.
Dios concede su Espíritu ÚNICAMENTE a quienes le
OBEDECEN (Hechos 5:32). Las condiciones para recibir el
Espíritu Santo como don de Dios son: ARREPENTIRSE y ser
BAUTIZADO (Hechos 2:38).