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LOS DIEZ MANDAMIENTOS
perfección de su
CREACIÓN -
y porque Elle ha dado la vida y todo
cuanto posee. Todo lo bueno, dulce y hermoso que usted encuentra
en su esposo o esposa está ahí solamente porque Dios lo
Puso -
¡y
su
caudal de virtudes es inagotable!
La razón de que David fue considerado un hombre "según el
propio corazón de Dios", se entiende cuando leemos los Salmos que
escribió. Están simplemente
SATURADOS
de alabanza y reverencia
y adoración al Dios Omnipotente. En el Salmo 145:1-2 dice: "Te
exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y
para siempre". Lea el resto del Salmo y vea la manera tan intima y
llena de ternura en que David adora y ensalza a Dios.
Los verdaderos cristianos deben amar a Dios de una manera
muy
personal,
porque El nos amó primero y dio a su Hijo para que
fuese la propiciación de nuestros pecados (1 Juan 4:10). ¡Uno de
los seres en la Deidad estuvo dispuesto a despojarse de su gloria, de
su divinidad, y descender a este mundo de pecado y sufrimiento
para
MORIR,
para sufrir una de las más dolorosas muertes que
generación alguna sin temor de Dios pudiera inventar!
¿No le inspira eso su respeto, su adoración, su
AMOR?
Usted debería amar a Dios por ser el Autor de tan perfecta,
tan justa y tan maravillosa
LEY -
que nos enseña el camino hacia
la felicidad, la paz y la vida abundante. Esa ley revela la natura–
leza y el carácter de Dios. Está basada en el principio de dar y
servir, no en el egoista principio de arrebatar, de competir o codi–
ciar. Como Jesús-la personificación misma de tal ley-declaró:
"Más bienaventurado es dar que recibir" (Hechos 20:35 ).
Siempre que usted piense o diga o escuche algo bueno o bello o
maravilloso, debe pensar en Dios. Recuerde la inspirada declara–
ción de Santiago: "Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo
alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17).
Por el amor que usted profesa a Dios, y por la seguridad que
tiene de que sus caminos son
RECTOS,
y porque usted le adora en
verdad, debe
MEDITAR
en la ley de Dios y en su palabra, todos los
días como lo hizo David.
Debe de estudiar su Biblia regularmente con el fin de vivir por
CADA
palabra de Dios. Y, como lo hizo Jesús, para darnos ejemplo,
debe de
ORAR
a Dios regularmente, con sinceridad y con
todo su
corazón.
Siempre que usted encuentre que Dios le ordena en su palabra