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¿Dónde está la verdadera Iglesia?
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Sin embargo,
AÚN HAY ALGO IMPORTANTE:
Dios no podía
abrir el acceso al árbol de la
VIDA
para los hombres en general
hasta
que Jesús hubiera venido y hubiera pagado la pena de
muerte por todos los hombres, pues todos han pecado.
Transcurrieron unos 4.000 años antes de que Dios
enviara a su Hijo. En ese lapso vivieron y murieron miles de
millones de personas. Así, el
PLAN
de Dios, su
PLAN MAESTRO
para cumplir su propósito de reproducirse en los hombres,
tuvo que
comenzar
con Jesús, el segundo Adán. Dios había
permitido que el mundo fuera fundado por el primer Adán.
Luego
comenzó
a fundar el mundo de Dios con Cristo, el
segundo Adán. Lo comenzó con un solo hombre: Jesús. Jesús
dijo que edificaría su Iglesia, la cual es el comienzo embriona–
rio de la nueva civilización de Dios.
Así como Dios estableció su gobierno en la tierra por
medio del querubín que llamamos Lucero, a quien Él puso
sobre el trono de este planeta, su nueva civilización será su
gobierno restablecido en la tierra por medio de Cristo y la
Iglesia. Dios comenzó la
NUEVA
civilización, o gobierno, con
Jesús, en compañía de los 12 apóstoles escogidos por éste y
llamados a salir de la generación del primer siglo de nuestra
era.
La Iglesia tenía que tener un comienzo pequeño y luego
crecer. Empezó con los 12 apóstoles y los 120 bautizados el día
de Pentecostés del año 31 n.c., el día en que se fundó la
Iglesia.
Jesús dijo: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). En
Efesios 2:21 se dice que la Iglesia es un edificio, o sea el templo
espiritual de Dios. Tiene un
FUNDAMENTO
(versículo 20). Su
fundamento está constituido por Jesucristo, los apóstoles y los
profetas (versículos 19-20).
Ahora analicemos estas palabras de Jesús: "Cualquiera,
pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió
lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra
aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la
arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su