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El matrimonio ... ¿destinado a desaparecer?
26-27). Esto contradice la
teoría
de que el hombre es un
animal superior que evolucionó de mamíferos inferiores. Dice
que Dios creó al hombre según la "especie" de Dios.
Sea Dios como fuere, hizo al hombre semejante a Él. Le
dio la misma forma suya. A su imagen ... ¡como Él!
Aquí dice, pues, que Dios hizo el ganado como ganado y al
honibre ¡como Dios! Esta revelación, que casi nadie en nuestro
mundo engañado ha podido captar, dice que ¡Dios se está
reproduciendo según su especie! Causa bastante extrañeza,
¿no es así? Pero es una verdad que la Biblia afirma una y otra
vez, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Aclarémoslo.
Aquí se dice que el hombre fue formado a
imagen
de
Dios. ¿Cómo es la imagen o
apariencia
de Dios? Muchos
pasajes de la Escritura revelan lo que Dios dice al respecto. No
tenemos que adivinar ni imaginarnos ni crear dioses a nuestra
propia imagen.
Muchos versículos de la Biblia revelan que Dios tiene
manos, como por ejemplo Éxodo 9:3 y Job 1:11. Se hace
mención de su "diestra". Tiene dedos (Éxodo 31:18). Dios hizo
al hombre con manos y dedos, pero a los animales con cascos,
patas, garras, alas y aletas. Queda claramente revelado en la
Biblia que Dios tiene brazos, piernas, pies, ojos, nariz, boca,
voz y oídos; en síntesis, Dios tiene la misma forma que tiene el
hombre. También se afirma claramente que Dios tiene una
mente capaz de pensar con creatividad, de diseñar, planear y
razonar. El hombre también la tiene, aunque imperfecta. Los
animales tienen un simple cerebro material dotado de un
instinto automático pero sin la facultad de pensar ni juzgar y
sin la responsabilidad moral ni el autodominio que tienen la
MENTE
humana y la divina.
El hombre, pues, fue formado con la apariencia de Dios, a
su imagen.
Ahora bien, Dios es espíritu (Juan 4:24). Está compuesto
de espíritu pero formó al hombre de materia: "Entonces el
Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en
su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente"
(Génesis 2:7). La expresión "ser viviente" es una traducción al
español de la palabra hebrea
nephesh
que quiere decir
"alma". Es decir, que "alma" significa "ser viviente". El alma