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La llave maestra de la profecía
fueran exiliados a Babilonia. Esta profecía dice que ISRAEL (no
Judá) habría de zarandearse entre las naciones y perder su
identidad. Sin embargo, Dios los protegería y los guardaría: no
caería ni un granito en tierra.
Un nuevo hogar
La casa de Israel habría de durar "muchos días sin rey" (Oseas
3:4). Es muy claro que este pueblo se dispersó entre las
naciones, como lo indican muchos pasajes del Nuevo
Testamento. Aunque muchos israelitas seguían dispersos en el
primer siglo de la era cristiana, una parte de ellos se
encontraba, ya en tiempos de Jeremías (140 años después del
cautiverio), establecida en un lugar de su propiedad.
Los israelitas que poseían la primogenitura habrían de
llegar a una nueva tierra propia, pues en 11 Samuel7:10 y en 1
Crónicas 17:9 el Eterno les dijo: "Asimismo fijaré lugar para
mi pueblo Israel, y lo PLANTARÉ allí [Jeremías tuvo la comisión
de PLANTAR el trono entre ellos], para que habite en él y
no sea
más removido".
Leyendo el contexto de este pasaje, vemos
que no se refiere a Palestina sino a una tierra distinta donde
habrían de reunirse estos israelitas dispersos después que los
sacaran de su tierra prometida, Palestina, mientras esa tierra
permanecía en manos de los gentiles.
Nótese cuidadosamente: Las tribus de Israel saldrían de
Palestina, se dispersarían entre las naciones, durarían mucho
tiempo sin rey y perderían su identidad, pero luego se
"plantarían" en una extraña tierra lejana que les pertenecería
a ellos. Nótese además que una vez establecidos en esta nueva
tierra,
no se moverían más de allí
...
al menos en esta _era
anterior a la segunda venida de Jesucristo.
Otras profecías indican que dichos pueblos habrían de ser
colonizadores y se extenderían por el mundo, pero siempre
conservarían su "hogar", la sede del gobierno y del trono de
David.
Esto es muy importante: Una vez que llegaran a su lugar,
YA NO SERÍAN REMOVIDOS. Por lo tanto, este pueblo se
encuentra hoy en el mismo lugar donde Jeremías plantó el
trono de David hace más de 2500 años.
Por consiguiente, las profecías acerca de
nuestros días,
las que señalan dónde estará ese pueblo poco antes de la