Página 157 - Spanish

Versión de HTML Básico

La promesa de la primogenitura en su cenit
147
comparación con el resto del mundo pero nunca tan opulenta
como ellos. No, los pueblos de habla inglesa no se han dado
cuenta de lo que tienen ni han estado agradecidos. No han
dado gracias a Dios ... ni han cumplido con los deberes que
acompañaron sus profusas bendiciones.
Pocos comprenden que toda posesión deseada y valiosa
conlleva la obligación de usarla correctamente. El niño de
ocho años que acaba de recibir una flamante bicicleta, ¿acaso
tiene noción de lo que ésta implica, a menos que sus padres se
lo inculquen? ¿Entiende, sin que nadie le diga, que debe
cuidarla y usarla con prudencia para no lastimarse ni lastimar
a los demás?
Cuando los pueblos británico y norteamericano obtuvie–
ron una riqueza y un poderío que ningún otro pueblo había
tenido jamás, ¿apreciaron ellos lo recibido? ¿Reconocieron su
OBLIGACIÓN
de hacer
buen uso
de todo ello?
¡NO!
Ni siquiera se dieron cuenta de lo
GRANDES
que
fueron sus bendiciones. Jamás cayeron en cuenta de las
obligaciones que tenían ante su Creador por haberles dado en
custodia tan inmensa cantidad de bienes. ¿Cuánto abarcó esta
primogenitura?
La riqueza
Leamos de nuevo las promesas proféticas de Génesis 22:17.
Dios le dijo a Abraham: "De cierto te bendeciré, y multiplicaré
tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena
que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las
puertas de sus enemigos".
Tomemos nota también de la bendición profética que se le
dio a Rebeca cuando ésta abandonó su familia para desposarse
con Isaac: "Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana
nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus
descendientes la puerta de sus enemigos" (Génesis 24:60).
Como explicamos antes, las "puertas" son las puertas
marítimas situadas estratégicamente a la entrada de esas
naciones. Si bien el dinero proviene de la tierra, la
prosperidad a escala nacional siempre se debe a la industria y
el comercio. El comercio internacional se ha efectuado por
BARCO,
mediante las vías marítimas del mundo, y en el
continente por medio del tren.