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Las profecías para el futuro inmediato
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bendición de la primogenitura, los pueblos (una vez recibida
ésta) continuaban rebelándose, traerían sobre sí
la
sentencia
que se encuentra en el versículo 19: "Y quebrantaré la
soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y
vuestra tierra como bronce". ¡Ya ha comenzado a hacerlo!
La soberbia de su orgullo
Dios no podía hablar de quebrantar el orgullo. nacional hasta
después de otorgar el
PODERÍO
de
la
primogenitura. Dios hizo
que esas naciones alcanzaran el poderío más grande que país o
imperio alguno haya tenido jamás. Y ha sido grande su orgullo
por este motivo.
El presidente Teodoro Roosevelt habló del
ORGULLO
que
él sentía por el poderío de su país y describió cómo había
hecho gala de él estando en la presidencia. Los alemanes
enviaron un buque de guerra hacia la bahía de Manila
amenazando con apoderarse de las islas Filipinas, que eran a
la sazón una posesión de los Estados Unidos. El presidente
Roosevelt envió al Kaiser una nota lacónica en la cual exigía el
retiro inmediato de ese buque.
Más tarde explicaba: "El Kaiser no sabía que yo lo decía
en serio,
de manera que envié otra nota, pero esta segunda no
era para el Kaiser sino. para el almirante Dewey, comandante
de la flota norteamericana en el Pacífico. Era una orden de
que la flota entera se dirigiera a toda velocidad hacia el buque
de guerra alemán, y si éste no se devolvía, ¡que lo hundiera! El
Sr. Roosevelt narraba este incidente con fuerza y altivez. En
aquella época, antes de la primera guerra mundial, los Estados
Unidos tenían absoluta confianza en su poder.
. . .
pero lo perdieron
En cambio hoy, incluso las naciones más pequeñas proceden a
insultar, pisotear o quemar la bandera de los Estados Unidos,
y ese país, tan poderoso como siempre, escasamente emite una
débil protesta. ¿Qué le pasó a su
SOBERBIA?
¡La ha perdido!
Dios dijo: "Quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo", y así
lo hizo.
Otras profecías revelan que los próximos castigos serán
sequías, hambre y epidemias que segarán millones de vidas.
Cuando el cielo esté como hierro y la tierra como bronce, el