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El pacto davídico
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"iglesia"). Por lo tanto, Israel tenía más de un código de leyes.
Dios le dio un doble gobierno: a la congregación o iglesia le dio
las leyes rituales, como sacrificios de animales, ofrendas de
carnes y bebidas, y ordenanzas carnales.
Pero Israel también tenía un gobierno
civil,
para el cual
Dios estableció funcionarios y leyes civiles, estatutos y juicios. El
gran código central, base tanto del gobierno civil como del
eclesiástico, eran los
DIEZ MANDAMIENTOS,
ley
ESPIRITUAL
general
pronunciada personalmente por Dios ante toda la congregación
y escrita por su propia mano en tablas de piedra.
¡Dios fue su rey durante varias generaciones después del
éxodo de Egipto! (Esta historia se encuentra en los libros de
Moisés, Josué y Jueces.) Cada tribu vivía separadamente,
ocupando su propio territorio o distrito, pero el conjunto
formaba una sola nación.
Los levitas eran una tribu sacerdotal y estaban mezclados
entre las demás tribus, pues no tenían parte en la herencia de
la tierra ni territorio propio (con excepción de algunas
ciudades). Para compensar esto, los hijos de José estaban
divididos en
dos
tribus, las de Efraín y Manasés, distin–
guiéndose así 12 tribus separadas, cada una con su propio
territorio o provincia,
además
de los levitas que estaban
esparcidos entre todas las demás tribus.
Durante todos estos años, la primogenitura y el cetro
permanecieron dentro de esta nación unida: la primogenitura
heredada en las tribus de Efraín y Manasés, y el cetro en
Judá.
Descontentos con Dios
Los hijos de Israel eran humanos, tanto como cualquiera de
nosotros. Murmuraban y se quejaban continuamente. Sus
mentes carnales eran hostiles hacia Dios y sus leyes, del
mismo modo como lo son hoy las mentes humanas (Romanos
8:7). Pronto se cansaron de tener a Dios como rey, y exigieron
el nombramiento de un
hombre,
a semejanza de las naciones
gentiles a su alrededor. Así también hoy queremos ser como
los no cristianos que nos rodean, en vez de conformarnos
estrictamente a los caminos de Dios, como su Palabra nos
instruye. La naturaleza humana siempre ha sido así.
Cuando los ancianos de Israel vinieron a Samuel