Página 103 - Spanish

Versión de HTML Básico

Todos hablarán el mismo idioma
97
Primero, cambiará la naturaleza de los seres humanos;
cambiará su concepto de la vida; quitará su codicia, su avidez,
su egoísmo, todo lo que los arrastra hacia metas puramente
materiales.
¿Cómo será posible? Echando fuera al príncipe de la
potestad del aire, al superpoderoso Satanás, el ser espiritual
que ahora obra en los seres humanos engañados y descarria–
dos (Efesios 2:2; Apocalipsis 20:1-3). Satanás es la fuente de lo
que se conoce como naturaleza humana, la cual obtienen los
humanos por el influjo del diablo.
En Gálatas 5:19-21 el apóstol Pablo enumera las obras de
la carne (esto es, de la naturaleza humana): "Y manifiestas
son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, plei–
tos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes,
que los que practican tales cosas no heredarán el reino de
Dios".
Jeremías escribió bajo inspiración divina: "Engañoso es
el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?" (Jeremías 17:9).
La naturaleza humana es codiciosa; apetece las cosas que
el dinero puede comprar. Ansía prestigio, reconocimiento,
admiración, popularidad, poder, posición y riqueza.
Basta con preguntarles a las personas en cualquier sector
de la sociedad moderna qué es lo que más desean en la vida.
Casi siempre la respuesta invariable es: "¡Dinero!" De hecho,
lo que quieren son las cosas que el dinero puede comprar.
Saben que el prestigio y el renombre vienen por la adquisición
de bienes materiales. Saben que la mayoría de la gente estima
a los demás por lo que poseen: la ropa que visten, la casa
donde viven, el automóvil que conducen y las cosas materiales
que disfrutan.
Con razón Dios dice: "Gran ganancia es la piedad
acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a
este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que,
teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto" (1
Timoteo 6:6-8).
Cristo ordenó: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la