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El maravilloso mundo de mañana
puso en funcionamiento en el cuerpo humano y luego se trata
de evitar las consecuencias, o sea la pena que conlleva el
quebrantamiento de dichas leyes.
Pero Dios dice que en su reino le enseñará a la gente a
obedecer las leyes naturales, a erradicar la
causa
de las
enfermedades y dolencias. Se trata, en otras palabras, de no
seguir pecando. El pecado no es otra cosa que la transgresión
de las leyes de Dios
(1
Juan 3:4).
Según lo que Dios ha revelado, el aumento de la
productividad de la tierra, de la abundancia de alimentos
sanos y adecuados, unido al conocimiento y a la educación en
las leyes de la salud, redundará en una salud radiante para
todos.
El sueño de un médico altruista podría ser el quedarse sin
trabajo al hallar la forma de curar todas las enfermedades. Sin
embargo, miremos cara a cara la realidad: Dejar de lado las
causas y tratar únicamente los efectos (incitar tácitamente a
la gente a que siga causándose los males al no educarlos para
que sepan de dónde provienen), no sería más que perpetuar la
profesión médica. ¿Es posible una utopía cuando la gente se
causa ella misma sus dolencias y enfermedades con la ilusión
de que la "ciencia" médica puede evitar las consecuencias?
En el mundo de mañana habrá sin duda lugar para los
médicos. Mas su papel será enseñarle a la humanidad cómo
mantenerse en buena salud evitando las causas de las
enfermedades. Esto requerirá un tipo de educación médica
totalmente nuevo; sólo entonces dejaremos de usar el término
"médico". Un buen amigo mío me dijo una vez: "Nosotros los
médicos hemos estado tan ocupados tratando las enfermeda–
des que no nos ha quedado mucho tiempo para dedicarnos a
estudiar a fondo ni a investigar lo que causa los desórdenes de
la salud". En el mundo de Dios los médicos tendrán tiempo
para esto.
La utopía será realidad en el mundo de mañana cuando la
buena salud será universal.
¿Cómo se puede realizar este sueño utópico? Es muy
sencillo: quitando la causa de la enfermedad.
¿Cómo se llevará esto a cabo? De dos maneras: Primero,
por medio de una educación correcta. Se le hará entender a la
gente que Dios no diseñó el cuerpo humano para que fuera