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¿Por qué la humanidad no puede solucionar sus males?
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como se ofrece hoy a los llamados de Dios: por medio de su
Espíritu. Pero Dios no imparte instantáneamente esa vida
inmortal y espiritual. Primero la persona es engendrada,
concebida como heredera.
Tomemos nota: Esto es algo que nunca antes se había
comprendido. Tal como es necesario que el ser humano mortal
sea engendrado y nazca después de cumplir un período de
gestación, así los seres humanos pueden nacer de Dios.
Dios se reproduce a sí mismo
¡CoMPRENDAMOS ESTO! Dios se está reproduciendo en el
hombre. Dios hizo la reproducción humana como un reflejo o
analogía de su reproducción divina.
¿Cómo
nació usted? ¡Esto es importante para USTED!
Primero había un diminuto óvulo que, desprendiéndose del
ovario materno, pasó por la trompa de Falopio rumbo al útero.
El óvulo sólo puede existir corto tiempo: menos de 28 días. Si
en ese lapso no hubiera recibido un espermatozoide
proveniente del padre, no habría llegado a formar un nuevo
ser; pero el padre humano impartió vida
física
a aquel
diminuto óvulo.
De la misma manera es preciso que Dios, el Padre
espiritual, nos imparta vida
espiritual
para que podamos
nacer de nuevo. De hecho, toda persona es un óvulo, en
sentido espiritual. Pero así como fue engendrada en el vientre
de su madre para convertirse en embrión, también debe ser
engendrada espiritualmente por Dios. Usted tuvo que crecer
físicamente, alimentado por medio de su madre y protegido
por ella contra daños físicos. De igual manera, los
engendrados espiritualmente deben crecer espiritualmente,
en la gracia y el CONOCIMIENTO de Cristo
(11
Pedro 3:18). Al
cabo de cuatro meses, usted comenzó a tomar forma humana y
se le llamó un feto. Aún le quedaban cinco meses para seguir
creciendo y desarrollándose hasta que estuviera listo para
nacer.
Ahora comparemos este proceso de reproducción
humana con la reproducción divina de Dios. La Iglesia es
"madre de todos nosotros" (Gálatas 4:26), los que somos
miembros de la Iglesia. A ella le corresponde alimentar a los
hijos de Dios con la Palabra espiritual de Él y protegerlos