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¿Por qué nació usted?
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aprendiera esa lección, para que la aprendiera a lo largo de
generaciones de experiencia.
Sí, nosotros también aprendemos por medio del sufri–
miento. Dios ha revelado el verdadero camino. Su revelación
siempre ha estado al alcance del hombre. Pero éste, habiendo
recibido el derecho de decidir libremente, siempre le ha vuelto
la espalda a Dios y al verdadero camino de Dios. Y aunque la
humanidad en general aún se niega a ver o a aprender la
lección, ha escrito esta lección indeleblemente en la historia
de la experiencia humana.
Aprendemos por medio de la experiencia y por medio del
sufrimiento. Estos son, entonces, los elementos mismos que
forman el carácter.
¿A qué nos pareceremos?
¿Cómo seremos una vez que este carácter santo se haya
desarrollado en nosotros? ¿Cómo seremos
en la resurrec–
ción?
Ahora, durante su vida física, un cristiano verdaderamen–
te convertido, que tiene el Espíritu de Dios morando en él y es
guiado por ese mismo Espíritu, ya es un hijo de Dios. En
oración él llama a Dios "Padre".
Leámoslo en la Biblia: "Amados, ahora somos hijos de
Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser ..."
(1
Juan 3:2).
Lo que seremos no es aún manifiesto, aún no
APARECE,
aún no se
VE.
Sigamos leyendo: " ... pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él, porque [entonces] le
veremos tal como él es". Nuestro semblante será entonces
como el de Cristo
ahora.
¿Cómo es Jesucristo ahora?
Su semblante está descrito en Apocalipsis 1:14-16: "Su
cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como
nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al
bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como
estruendo de muchas aguas ... y su rostro era como el sol
cuando resplandece en su fuerza".
Seres espirituales sin pecado
Una vez que hayamos nacido de Dios, que hayamos