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¿Qué es
FE?
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Tenemos un buen ejemplo de ello en las sectas del sur
de los Estados Unidos que manejan serpientes. Estas per–
sonas fervorosas, pero equivocadas, creen que el manipular
voluntariamente serpientes venenosas, constituye una
demostración de fe. Al fin y al cabo, Dios ha hecho ciertas
promesas al respecto que aparecen en la Biblia: "Y estas
señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán
fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las
manos serpientes,
y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño ..." (Marcos 16:17-18).
El apóstol Pablo en una ocasión tomó accidental–
mente una serpiente venenosa. "Entonces, habiendo reco–
gido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una
víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano ... pero
él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció"
(Hechos 28:3, 5).
Muchos invocan estos ejemplos para justificar la
manipulación de culebras y reptiles venenosos.
He aquí un buen ejemplo de una fe mal orientada,
basada en un conomimiento erróneo de la voluntad de
Dios. Jesús no se refirió al hecho de coger
voluntariamente
animales venenosos y "jactarse" de ello, sino a situaciones
accidentales como el incidente de Pablo con la víbora.
El ejemplo personal de Jesús
Al comienzo de su ministerio, Jesús fue sometido a
una de las pruebas más tremendas de toda su vída. Estuvo
fuertemente tentado de manera directa y personal por el
"dios de este siglo" (2 Co. 4:4), el diablo. Pero Jesús le
venció, pues
conocía la voluntad de Dios.
Satanás citó
correctamente las Escrituras, pero las aplicó mal.
"Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le
puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de
Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles
mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para
que no tropieces con tu pie en piedra" (Mt. 4:5, 6). Si
comparamos este pasaje con el Salmo 91:11-12, veremos
que el diablo citó correctamente la Escritura. No cambió
nada. ¡Realmente era una promesa de Dios!
Pero el diablo
torció aquella Escritura,
pues no la citó
junto con otras que
determinaban
su significado e inten-