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La marca de la bestia ¡ya está aquí!
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El sábado fue hecho PARA EL HOMBRE. Así lo afirmó Jesús
(Marcos 2:27). Dios creó el sábado cuando creó al hombre
(Génesis 2:1-3). Fue creado ... y su Creador fue Cristo, el
Jehová o Eterno. Por tanto, ¡Él es Señor del sábado!
Dios lo creó para que el hombre mantuviera vivo el
conocimiento de la IDENTIDAD del Dios verdadero, ¡para pro–
tegerlo de la idolatría! La historia demuestra que toda nación
que no ha guardado el sábado de Dios ha adorado a dioses
falsos ¡y no ha conocido al Dios verdadero! Cuando los
israelitas dejaron de guardar el sábado de Dios, cayeron en la
idolatría (Ezequiel 20:5, 11-13, 17-21).
¡DIOS ENVIÓ AISRAEL
Y
JUDÁ AL CAUTIVERIO PRECISAMENTE
POR QUEBRANTAR EL SÁBADO!
Ahora volvamos a Éxodo 31:17-18. El sábado también es
la señal que nos identifica como propiedad de Dios. PERTENE–
CEMOS a aquel que obedecemos, como nos dice Romanos 6:16.
Esta señal nos muestra que Él es el Eterno " ... que os
santifico".
Santificar significa apartar para un fin espiritual. El
sábado nos aparta del mundo como personas que OBEDECEN
a Dios y le pertenecen.
¿Acaso habría algún otro motivo para guardar el sábado,
salvo el de OBEDECER ADIOs? ¿Acaso habría alguien dispuesto
a contrariar las costumbres, a invitar la persecución y a
apartarse como diferente por alguna razón humana? ¿Guar–
daría el sábado un ateo? ¡EL SÁBADO IDENTIFICA AL PUEBLO DE
DIOs!
El pueblo de Dios, como vimos arriba, se identifica como
aquellas personas que GUARDAN LOS MANDAMIENTOS DIVINOS.
El mundo reconoce los nueve mandamientos restantes. El
único rechazado por todos es el cuarto. El único que nos
aparta del mundo, que nos IDENTIFICA como pertenecientes a
Dios, es el SÁBADO. Este es SEÑAL de Dios.
El versículo 16 nos dice que es un PACTO PERPETUO. ¡Es
por sí solo un PACTO! No es parte del antiguo pacto ni es parte
de la ley de Moisés. Fue algo que se estableció después, y
constituye un PACTO DIFERENTE y
perpetuo.
Veamos el versículo 17: "Señal es PARA SIEMPRE entre mí
y los hijos de Israel". Por lo tanto, es un PACTO, y ¡es PARA
SIEMPRE!