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¿Qué significa "nacer de nuevo"?
Esto debe quedar muy en claro, pues millones de
cristianos sinceros creen que al aceptar a Cristo o recibir su
Espíritu Santo, han "nacido de nuevo". Pero lo que real–
mente ocurre es lo siguiente:
La Iglesia es nuestra madre
Después del arrepentimiento, la fe y el bautismo, reci–
bimos el Espíritu Santo de Dios y éste nos pone o bautiza
dentro de la Iglesia de Dios. La Iglesia es llamada el
cuerpo de Cristo, como leemos en 1 Corintios 12:13: "Por
un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo".
La Iglesia es llamada "Jerusalén la celestial" (Hebreos
12:22-23). Ahora veamos Gálatas 4:26: "Mas la Jerusalén
de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre".
He aquí la analogía: Cuando somos engendrados por
Dios Padre al recibir su Espíritu, entramos en la Iglesia, la
cual es nuestra Madre durante el período de gestación.
La madre humana alimenta al feto con nutrimentos
físicos para que se desarrolle y crezca físicamente. Tam–
bién lo lleva en su seno donde mejor puede protegerlo
hasta el momento del parto.
A la Iglesia o madre espiritual se le ordena: "Apacen–
tad la grey" (1 Pedro 5:2), por medio del ministerio que
Dios ha establecido en ella, "... a fin de perfeccionar a los
santos ... para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conoci–
miento del Hijo de Dios, a un varón perfecto ..." (Efesios
4:12-13). Así como el feto humano se desarrolla y crece
durante el período de gestación anterior al nacimiento,
también nosotros, después de ser engendrados por el Espí–
ritu Santo de Dios, nos desarrollamos y crecemos
espiri–
tualmente
en la etapa previa al nacimiento espiritual.
Pero la Iglesia no sólo alimenta a los miembros con la
Palabra de Dios, que es alimento espiritual, sino que tam–
bién protege a los hijos concebidos, aún sin nacer, del daño
espiritual, como lo demuestra el siguiente versículo: "Para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera
de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres
que para engañar emplean con astucia las artimañas del
error ..." (Efesios 4: 14).