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¿Qué significa salvación?
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Usted está a un soplo de la muerte- la cesación de la
existencia que llamamos "vida". Si usted no respira el
próximo aliento, no podrá mantenerse con vida o cons–
ciente por diez minutos más. No hay en usted ninguna
alma inmortal que le mantenga con vida y consciente.
Usted es un alma (Gn. 2:7; 1 Co. 15:45) que ha pecado y
por lo tanto morirá, a menos que sea salvado de la muerte
por la gracia de Cristo.
Si su corazón no da el próximo latido, no hay nada en
usted que lo mantenga con vida diez minutos. Su existen–
cia se debe a la aspiración del aire y a la circulación de la
sangre, más el sustento que le proporcionan el agua y los
alimentos. Usted sólo tiene una existencia química tempo–
ral. Usted es semejante a un reloj al que se le ha dado
cuerda y se encuentra funcionando. Pero no sabe en qué
momento se detendrá.
Usted no puede darse vida a sí mismo más allá de esta
existencia quimica en desgaste. No hay vida eterna inhe–
rente en usted. Nada que usted haga podrá producirla,
proveerla o ganarla. Usted no puede obtenerla por sus
propias obras.
Lo que sus obras han hecho por usted es ganarle la
pena de muerte. Y es muerte eterna- ¡castigo eterno! Y
ese castigo no es martirio y sufrimiento mientras usted
vive, sino destrucción final, total y eterna. En 2 Tesaloni–
censes 1:9, y refiriéndose a aquellos que rechazan la salva–
ción de Dios, leemos: "los cuales sufrirán pena de eterna
perdición ...".
¡Dios- y solamente Dios- tiene inmortalidad! En
lugar de suponer desidiosamente y aceptar la pagana ense–
ñanza de la "inmortalidad del alma", lea en 1 Timoteo 6:16
la verdad con sus propios ojos en su propia Biblia. El
Cristo resucitado, y solamente El, de entre todos los naci–
dos de la carne, tiene inmortalidad. Dios tiene inmortali–
dad - vida inherente en sí mismo (Jn. 5:26). El ha dado
también al Hijo, Jesucristo, el tener vida en sí mismo.
Solamente Dios puede impartirle vida eterna a usted, y
ello por medio de Cristo, tal como El lo ha dispuesto.
Pero, ¿cómo acudirá usted a Dios? Sus pecados pasa–
dos no sólo le tienen condenado bajo pena de muerte, sino