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Epidemia de Sexualidad
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lo haga "feliz". Es privilegio suyo. Pero si no tiene miedo de
la pura verdad sobre el asunto, he aquí la realidad: Uno
de los factores mayores, la continua razón de las con–
tiendas conyugales, querellas, disputas, desacuerdos y final–
mente el divorcio, es esa dieta constante de
sexo
y
violencia,
que absorbe el común de los matrimonios.
Una profecía para nuestro tiempo
Advierta lo que nuestro Creador profetizó para esta era:
"También debes saber esto: que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros [¡anhelando con lujuria lo ilegal e ilícito!],
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos,
SIN AFECTO NATURAL
[pero con "afecto"
perverso], implacables, calumniadores, intemperantes, crueles,
aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán aparien–
cia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita"
(11 Ti. 3:1-5).
¿Puede haber mejor descripción de la sociedad moderna?
Y aun la religión parece ansiosa de cooperar. Los ministros
han venido diciendo recientemente a sus feligreses, que es
perfectamente correcto
cometer adulterio.
¡Algunos abogan
abiertamente por el intercambio de esposas! Uno inclusive alegó
que tales prácticas adúlteras y abominables, ¡habían "salvado"
a un matrimonio! Con esto, dio a entender que la pareja en cues–
tión por lo menos seguía viviendo en
la
misma casa. ¡Pero de
NINGUNA manera su matrimonio está "salvado"!
Sí, la Biblia describe al mundo actual arrollado por el
crimen y la lujuria sexual. Advierta la descripción que Jeremías
escribió por inspiración divina: "¿Cómo te he de perdonar por
esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios.
Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en
compamas. ¡Como
caballos bien alimentados,
cada cual
relinchaba tras la mujer de su prójimo!" (Jer. 5:7-8).
¡Qué cuadro y cuán absolutamente cierto! Como animales