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Su Matrimonio Puede Ser Feliz
¡Planee emplear ese tiempo extra
con su familia
alrededor de la mesa! Ustedes esposas, planeen de
antemano qué clase de cambio "especial" van a hacer al de–
sayuno rutinario. Ustedes esposos, planeen con anticipación a
qué hora van a saltar de la cama, y a despecho de cómo se
sientan, ¡esforzarse por dar un alegre y feliz "buenos días" a
su esposa e hijos! Supervisen el vestido de sus hijos, su limpieza
- y háganlo con una voz alegre, enseñándoles cómo hacerlo
mejor y más cuidadosamente. Dénse una vuelta por la cocina
chiflando o cantando- disfrutando de la mañana. Piensen
acerca de las actividades del día, en lugar de enterrarse en el
periódico matutino o preocuparse de los problemas que les
esperen en su trabajo. Piensen primero en el bienestar de su
propia familia.
¡Piense filosóficamente!
Pregunte a sus hijos para qué se
levantaron. ¡Esforzará su imaginación y los sorprenderá! Bien,
y usted, ¿por qué lo hizo? ¿Para que pudiera prepararse para el
trabajo; para que pudiera prepararse a regresar a casa y para
que pudiera prepararse a regresar al trabajo nuevamente? ¿O
tiene una finalidad su vida?
Cuando pregunte, tendrá que encontrar la respuesta. Los
resultados podrían ser muy interesantes.
Ustedes esposos, cuando se encuentren en su trabajo, pon–
gan toda su alma en él, pero en cualquier momento libre,
¡procuren pensar acerca de su hogar, de su familia!
No viva "casualmente"
Llame
a su esposa de vez en cuando, aunque no sea más
que para decirle que la ama y cuán dulce es.
Piense
en hacer algo
por ella un poco diferente en su día diferente. Si puede, llévele
un ramo de rosas, sino aunque sea una tarjeta. Sea expresivo.
Se asombrará cuánto lo aprecia su esposa.
Foto de H. Armstrong Roberts
LLEVE A SU FAMILIA A JIRAS CAMPESTRES
-
dedique más tiempo
a sus hijos. Deje que ellos participen en sus actividades. Los paseos
campestres son un excelente medio de unir los lazos familiares
y
hacer
el matrimonio más emocionante.