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Seamos una Familia
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El padre deberá leer la escritura, y después de repasarla,
exponerla, detallarla y explicarla, desmenuzarla en términos
simples y fáciles de entender, poniendo ejemplos prácticos de
la vida diaria en forma vívida, a fin de que sus hijos estén
seguros de comprender. Hágales preguntas sobre ella y que
repitan lo que aprendieron.
La madre deberá intervenir aquí y allá, ayudando a los
niños a entender.
Recuerde, esto debe ser hecho en perfecta armonía. El
padre debe encabezar, secundado por la madre, y los hijos guar–
dar su lugar, ¡como Dios lo requiere!
Hacer oración familiar
Después, todos deben arrodillarse, iniciando el padre una
breve oración verbal. Deberá mencionar los desafíos de ese
día, la necesidad de la obra de Dios y en especial ¡orar por
aquello relacionado con su propia familia! La madre deberá
seguirlo, agregando cualquier punto que haya discurrido. Para
finalizar los hijos deben ser estimulados a orar, y tal vez
sus padres tendrán que agregar ciertas palabras o recordarles
de algo
durante la oración
- ¡para que aprendan a orar!
¡Jesús
enseñó
a orar a sus discípulos!
¡Todo esto no tiene que llevar literalmente una hora!
Una familia generalmente no dispone de todo ese tiempo. Pero
considerando el tamaño de la familia, ¡no deben ser menos
de quince minutos! Para una familia de tres a cinco miembros,
quince o treinta minutos sería un buen promedio.
No deje que las circunstancias interfieran
¡Todas las tentaciones sobre la faz de la tierra, le impe–
dirán tal vez hacer esto! El teléfono sonará; algunos amigos
vendrán; se presentarán emergencias; usted dormirá más de
la cuenta, o algo pasará. ¡Esa es la forma que Satanás usa,
para tratar de distraernos y hacernos "eludir" nuestra respon–
sabilidad!
Nuevamente déjeme decirle. No quiero dar a entender que
esto debe "substituir" a la oración matutina cotidiana. Usted