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S
OMOS
salvos por graciá y por medio de la fe - eso es
indiscutible, pero ... ¡hay condiciones!
Millone~t
están siendo engañados, seducidos - se
les ha hecho creer que son salvos cuando no lo son.
Por siglos se ha divulgado la doctrina errónea de que
"Cristo completó el plan de salvación en la cruz", cuando
en
realidad ése sólo fue el principio. La enseñanza de
muchas iglesias es: "Crea solamente¡ es todo lo que hay que
hacer; crea en el Señor Jesucristo y será salvo en ese instan–
te".
Tal enseñanza es falsa. Y a causa de este engaño ..:...._ la
perversión del verdadero Evangelio de Jesucristo durante
los últimos 1900 años mediante la predicación de un falso
evangelio acerca de la persona de Cristo, y con frecuencia
de un Cristo falsificado -millones adoran a Cristo hoy,
pero en vano. Porque El dijo: " ... en vano me honran,
enseñando como doctrinas mandamientos de hombres"
(Marcos 7:6-9).
El hombre es mortal- no tiene inmortalidad inherente
en si mismo. Jesucristo es el único, de todos los
hombr~
que han vivido, que tiene inmortalidad (1 Timoteo 6:16).
La
pena del pecado es muerte, muerte eterna, de la cual no
habrá resurrección. Y todos hemos pecado y estamos bajo
esta sentencia. Sólo Dios puede dar vida eterna. Y como el
Padre tiene vida en El, inherente en sí mismo (Juan 5:26),
la
ha dado al Hijo, Jesucristo, por medio de quien la impar–
te a nosotros
(1
Juan 5:11-12). Por eso, quien no tiene a
Cristo no tiene vida eterna.
La
,vida eterna es un don que
ningún hombre tiene - hasta que la recibe de Dios (Roma–
nos 6:23).
La
sangre de Cristo no es lo que finalmente salva
al
hombre.
La
muerte de Cristo solamente pagó la pena del
pe~do
en nuestro lugar - su sacrificio borra las manchas
de los pecados pasados -nos salva de la pena de muerte–
desluwe aquello que nos separaba de Dios y nos reconcilia
con El.