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xiv
El misterio de los siglos
enseñado y lo que
han
creído. La Biblia no necesita interpre–
tación porque ella se interpreta a sí misma. Esto se hace
evidente cuando se ven las diferentes escrituras sobre un
tema ordenadas apropiadamente. La Biblia dice que se en–
cuentran "un poquito allí, otro poquito allá" (lsaías 28:10).
Aun el mundo de la cristiandad tradicional ha caído en el
engaño.
A menudo he dicho que es mucho más dificil desaprender
un error que
ha
sido enseñado como verdad, que aprender
una nueva verdad. Aun en los pasados 58 años yo no me
había dado cuenta cabalmente del significado del suceso
revelado en Génesis 3:22-24: Que Dios verdaderamente había
cerrado el acceso al Espíritu Santo y la vida eterna a la
humanidad en general hasta que Satanás fuera quitado de en
medio al tiempo de la segunda venida de Cristo. El cristia–
nismo tradicional siempre ha supuesto que se está librando
una competencia entre Dios y Satanás, que Dios ha estado
tratando desesperadamente de "salvar al mundo", pero que
en esta gran controversia el diablo ha estado ganando. En
otras palabras, que Dios envió a Jesucristo en su primera
venida para tratar de ganar esta guerra interminable contra
Satanás. El cristianismo tradicional ha enseñado que "quien–
quiera que lo desee" puede ser "salvo" por medio de Jesu–
cristo.
Por algunos años me di cuenta sólo en parte del error de
esta suposición, pero no toda
la
verdad de este asunto se hizo
totalmente clara para mí hasta hace muy poco tiempo. Esta
verdad es algo realmente sobrecogedor. Aclara lo que había
estado oculto en el misterio.
Esperamos que este libro, escrito porque el tiempo desig–
nado por Dios para que saliera a luz ha llegado, abra los ojos
de muchos a
la
verdad de estos misterios ocultos a lo largo
de los siglos.
Y ahora, a los 93 años de edad, he sido inspirado a
escribir este libro antes de que esta vida, colmada de expe–
riencias, llegue a su fin. En sus páginas comparto, con todos
los que quieran saber, las respuestas que la gran mente
suprema de Dios revela en su Palabra, si es que estamos
dispuestos a entender esa Palabra.