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Declaración del autor
xiii
El presente libro busca simplemente unir
las
muchas
piezas del rompecabezas para facilitar su comprensión. Mien–
tras usted lee y relee este libro, compare constantemente con
la Biblia. Observe
las
verdades con sus propios ojos en las
páginas de la Biblia, y mientras lo hace, abra su mente a Dios
para que Él lo guíe hacia su
VERDAD.
Su estudio cobrará un
significado que nunca antes había experimentado.
El tiempo probará quizá que este libro ha sido el más
importante en casi 19 siglos. No por su excelencia literaria ni
su lenguaje florido y erudito, que hemos evitado deliberada–
mente, sino por la claridad de su lenguaje
al
exponer los
conocimientos más importantes jamás revelados, provenien–
tes de la fuente suprema de la inteligencia, conocimientos que
han intrigado a todo ser humano desde el primero que pisó
esta tierra.
La humanidad enceguecida no ha podido entender qué ni
quién es el hombre, por qué existe ni cómo apareció en la
tierra. Al hombre le ha inquietado su propia incapacidad para
resolver sus problemas y para hallar respuestas a las pregun–
tas desconcertantes del género humano y del mundo que
habita.
La única autoridad suprema, dueña de todo conoci–
miento, reveló estos misterios hace mucho tiempo, pero en un
mensaje escrito en cifra, y no permitió que el mensaje se
revelara ni se descifrara hasta nuestros días.
En el primer siglo de nuestra era la Iglesia sufrió la
infiltración de un evangelio diferente. Surgieron enseñanzas
falsas e iglesias falsas que llevaban el nombre de "cristia–
nismo tradicional". Como lo revela Dios en Apocalipsis 12:9,
el mundo entero ha caído en el engaño. Estas verdades
básicas han permanecido en el misterio. Aun entre el clero,
individuos sinceros y bien intencionados han recibido sus
enseñanzas de otros hombres según la tradición de sus res–
pectivas iglesias. Han creído que tales enseñanzas falsas
correspondían a las verdades de la Biblia. En lugar de unir
las
diferentes piezas del rompecabezas en forma apropiada y
acertada, se ha vuelto práctica y costumbre interpretar cada
pasaje de la Escritura según una enseñanza falsa previamente
aceptada que no proviene de ese pasaje. En otras palabras,
interpretan las Escrituras para decir lo que ya se les ha