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El misterio de los siglos
una. Semíramis y Nimrod se identificaban también con los
nombres de Isis y Osiris en Egipto. Cada nación tenía nom–
bres para sus dioses, mas toda
la
maraña de religiones paga–
nas hunde sus raíces en la religión de Semíramis.
Las generaciones se sucedían y la civilización de este
mundo se desarrolló. Empezó con un sistema de gobierno
iniciado por Nimrod mediante un sistema religioso que partía
de él y de Semíramis. El sistema moderno de educación
académica tuvo su origen con Platón, discípulo de Sócrates.
Surgieron los sistemas del comercio, la industria, las finanzas
y la banca ... pero ninguno de estos sistemas ideados por los
hombres bajo
la
influencia de Satanás tuvo su origen en Dios.
Todas las leyes eran producto de los hombres, ya fueran
decretos de reyes y déspotas o normas promulgadas por
asambleas legisladoras humanas, como concejos municipales,
asambleas, congresos, parlamentos, dietas o como quieran
llamarse. Las costumbres sociales también se desarrollaron,
así como las diversas facetas de la civilización, hasta nuestro
caótico siglo 20.
En tal mundo, Dios llamó a una nación, no como nación
favorita que recibiría favores especiales, sino como una na–
ción escogida para un propósito ... propósito que no cumplió.
Después del diluvio, la historia profana da a entender que
Sem siguió
más
o menos en el camino y el conocimiento de
Dios. Pero en realidad ningún hombre caminó con Dios hasta
Abraham, y a él le hizo Dios todas las promesas de las cuales
depende
la
salvación humana, así como la riqueza material y
económica de lo que hoy son los Estados Unidos y la Gran
Bretaña.
Resumen de la civilización humana
La humanidad fue creada en la tierra con un fin extra–
ordinario yglorioso. Dios se estaba reproduciendo en el hombre.
Dicho en otras palabras, el propósito de Dios era crear a la
humanidad para que gozara de dicha suprema en paz y como–
didad perfectas, para que fuera productiva, creativay disfrutara
la
felicidad del éxito completo y la vida eterna.
Esto implicaba el carácter espiritual perfecto y su–
premo de Dios:
la
utopía perfecta. Este propósito se hará
realidad.