Página 146 - Spanish

Versión de HTML Básico

132
El misterio de los siglos
cias de sus propios actos hasta que llegue al punto en que, si
Dios aplazara su intervención, se aniquilaría a sí mismo. Dios
no intervendrá para dar comienzo al mundo futuro bajo el
reino de Dios hasta que el remanente de
la
humanidad haya
comprendido cabalmente su incapacidad para resolver los
problemas y traer paz mundial con felicidad y gozo. El
hombre tiene que reconocer su inutilidad e impotencia sin
Dios.
Ya se han inventado las armas de destrucción masiva que
pueden borrar toda vida de nuestro planeta. En estos últimos
días de una humanidad moribunda, Jesús predijo cómo termi–
naría todo. Suprimido el evangelio de Jesús y remplazado por
un evangelio falso de los hombres acerca de otro Jesús, dijo
que "será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el
fin
[de esta civilización]" (Mateo 24:14).
Este evangelio ha sido predicado a todas las naciones.
Durante el medio siglo de su proclamación ha surgido la
energía nuclear, capaz, por primera vez en la historia, de
aniquilar a todo el género humano. Luego Jesús predijo la
gran tribulación: una época tan catastrófica que si Dios no
interviniere nadie quedaría con vida. Mas por causa de su
Iglesia, Dios sí intervendrá impidiendo la destrucción total de
la humanidad. El hombre tendrá que reconocer su impotencia
sin Dios (Mateo 24:22). En seguida, Cristo vendrá en las
nubes con poder y gloria supremos para destronar a Satanás
y dar comienzo a
la
nueva civilización de Dios, la cual creará
una utopía (Mateo 24:30-41).
Estamos en los últimos días del mundo de Satanás. La
civilización utópica de Dios comenzará con la generación
actual.