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El misterio de Israel
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los miembros de esta colonia estaban los profetas Esdras y
Nehemías.
Contrariando las órdenes de Dios, la gente de la colonia
empezó a mezclarse con los cananeos, heteos, jebuseos y
demás pueblos. Así, "el linaje santo [es decir puro, pues no
tenían el Espíritu Santo] ha sido mezclado con los pueblos de
las tierras ..." (Esdras 9:2).
¡El profeta Esdras se enojó! Enfrentándose a la congrega–
ción, dijo: "Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis
mujeres extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel.
Ahora, pues ... apartaos de los pueblos de las tierras, y de las
mujeres extranjeras" (Esdras 10:10-11).
Jesús nació de la tribu de Judá, y era necesario que fuera
del linaje genético original, como lo fue Noé.
Sin embargo, el antiguo pacto celebrado con Israel en el
Sinaí fue un anticipo o modelo del nuevo pacto que ha de
celebrarse con la
Iglesia
del Nuevo Testamento, la Israel y
Judá
espirituales
(Jeremías 31:31; Hebreos 8:6, 10).
No obstante, algunos individuos en tiempos del Antiguo
Testamento sí obedecieron a Dios, y por cuanto fueron pro–
fetas vinieron a constituirse en
fundamentos
de la Iglesia de
Dios del Nuevo Testamento. La Iglesia está construida sobre
los
FUNDAMENTOS
sólidos de los profetas (Antiguo Testa–
mento) y los apóstoles (Nuevo Testamento), siendo Jesús
mismo "la principal piedra del ángulo" (Efesios 2:20).
Entre ellos, Elías probablemente estará a la cabeza (bajo
Cristo, Abraham, Isaac y Jacob) sobre la Iglesia en todo el
mundo. Es posible que Juan el Bautista esté bajo Elías. Hay
indicios de que el profeta Daniel estará a la cabeza de las
naciones gentiles, en seguida de Cristo y Moisés.
Cumplen su misi6n sin quererlo
¿Qué función desempeñó la nación de Israel dentro de los
preparativos para el reino de Dios?
Ya hemos mencionado cómo los intelectuales y eruditos
del mundo creen que con suficiente
CONOCIMIENTO
el
HOMBRE
camal podrá resolver todos los problemas de la humanidad.
Dios dejó que las generaciones de Israel y Judá demostra–
ran, mediante siglos de experiencia humana, que aun bajo las
circunstancias más favorables, el hombre sin el Espíritu