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El misterio de Israel
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convertirla en el judaísmo de los tiempos de Jesús. El escena–
rio estaba listo para su llegada.
Ahora regresemos al tema de la nación de Israel com–
puesta por las "10 tribus perdidas". Como dijimos arriba,
habían emigrado hacia el norte y el occidente antes del
cautiverio de Judá. Los asirios se establecieron en el centro
de Europa. Sin duda, los alemanes son, en parte, descendien–
tes de los antiguos asirios.
Pero las 10 tribus perdidas (el reino de Israel) prosiguie–
ron hacia Europa occidental e Inglaterra. No podemos saber
con certeza la identidad de las distintas tribus hoy, pero los
franceses, o al menos los del norte, probablemente correspon–
den a la tribu de Rubén. Efraín y Manasés continuaron hasta
las islas Británicas. Se convirtieron en pueblo colonizador y,
de acuerdo con la profecía, habían de perder su primera
colonia.
"Israel": nombre dado a loa hijos de José
Poco antes de morir Jacob, quien había recibido el nom–
bre de Israel, confirió las bendiciones de la primogenitura a
los dos hijos de José: Efraín y Manasés. Aunque estaba ciego
y no podía ver a los niños frente a él, Jacob, ahora Israel,
cruzó
las
manos
y "extendió su mano derecha, y la puso sobre
la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda
sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede,
aunque Manasés era el primogénito. Y bendijo a José, di–
ciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres
Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy
hasta este día, el Ángel que me liberta de todo
mal,
bendiga
a estos jóvenes; y
sea perpetuado en ellos mi nombre,
y el
nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en
gran manera en medio de la tierra" (Génesis 48:14-16).
Citamos nuevamente de
La llave maestra de
la
profecía:
¿Quiénes
habrían de multiplicarse en gran manera?
¿Quiénes habrían de tener
la
numerosa descendencia que
sumaria miles de millones? No era Judá, padre de los
judíos, sino EFRAÍN
y
MANASÉS. ¿Por qué los dirigentes
religiosos
y
estudiosos de
la
Biblia no han captado esta
verdad expuesta tan claramente en las Sagradas Escritu–
ras?