Página 231 - Spanish

Versión de HTML Básico

El misterio de la Iglesia
217
DE DIOS (alimento espiritual). Ésta la recibimos de la Biblia
mediante el contacto espiritual íntimo y continuo con Dios en
la oración, mediante la fraternidad con otros hijos de Dios en
su Iglesia y por las enseñanzas que la Iglesia imparte conti–
nuamente.
El embrión o feto ñsico se alimenta por medio de la
madre. La Iglesia de Dios se llama "la Jerusalén de arriba, la
cual es madre de todos nosotros" (Gálatas 4:26).
¡El paralelo es exacto! La Iglesia es
la
MADRE ESPIRITUAL
de sus miembros. Dios puso en la Iglesia a sus ministros
llamados y escogidos para PASTOREAR la manada a
fin
de
"perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo [Iglesia] de Cristo, HASTA
QUE
todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a
la
medida de la estatura de la
plenitud de Cristo" (Efesios 4:11-13).
Es deber de los verdaderos ministros de Cristo (¡y cuán
pocos hay en la actualidad!) proteger a los santos engendra–
dos de Dios contra falsas doctrinas y falsos ministros.
La madre humana lleva su niño en aquella parte del
cuerpo donde pueda protegerlo contra daños ñsicos. Esa
protección es parte de su función, como lo es alimentar al hijo
por nacer. De igual manera, la Iglesia, por medio de los
ministros de Cristo, instruye, enseña, aconseja y protege a sus
miembros contra el daño espiritual. ¡Qué maravillosa analogía
de la salvación espiritual!
Ahora prosigamos. Así como el feto debe crecer hasta
alcanzar un tamaño que le permita nacer, también el cristiano
debe
crecer
en gracia y en el conocimiento de Cristo
(11
Pedro
3:18). Tiene que superarse, tiene que desarrollar
carácter
espiritual
en esta vida a
fin
de nacer en el reino de Dios. Así
como el feto desarrolla poco a poco sus características y
órganos ñsicos, también el cristiano deberá desarrollar gra–
dualmente el CARÁCTER ESPIRITUAL: amor, fe, paciencia, man–
sedumbre, templanza. Debe vivir por la Palabra de Dios y ser
HACEDOR de ella. ¡Tiene que desarrollar el CARÁCTER divino!
Por último: 11a inmortalidad!
Luego, a su debido tiempo, y aunque la persona haya
muerto, nacerá como hijo de Dios en una resurrección o