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El misterio de los siglos
El clima
¿Cuál sería la situación de los agricultores si pudiéramos
quitarles los problemas del clima, los daños causados por
insectos, hongos y demás enfermedades de las plantas, así
como las pérdidas ocasionadas por medidas oficiales de con–
trol y exceso de oferta en el mercado?
Dios hará estas cosas.
Nuestro Padre tiene riquezas inconmensurables: "Mío es
el oro", dice en Hageo 2:8.
Y Él quiere que cada uno de sus hijos prospere: "Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud ..." (III Juan 2). Cristo dijo: "Yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan
10:10).
Dios quiere que nuestra vida rebose de abundancia y de
plenitud. Pero analicemos el "éxito material" que nos rodea
en el mundo de hoy. ¿Acaso ha traído la felicidad a quienes
lo alcanzaron? Al multimillonario J. Paul Getty, uno de los
hombres más ricos del mundo, se le atribuyen estas palabras:
"¡Daría todos mis millones
tan
sólo por un matrimonio feliz!"
En el reino
de
Dios todos acatarán la voluntad divina, y
sus mandatos serán las normas para la orientación del comer–
cio, los negocios, las finanzas y toda la estructura económica
del mundo. Todo funcionará sobre la base del dar. Cristo dijo:
"Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y
rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma
medida con que medís, os volverán a medir" (Lucas 6:38).
La
norma del dar es la que se aplicará en el reino de
Dios ... no la trapacería, el engafto, la trampa, la mentira, el
manejo clandestino, la confabulación furtiva, la codicia y la
mezquindad que prevalecen hoy en el mundo de los negocios.
Cuando Dios, con el despliegue de su gran poder, con–
vierta a la humanidad rebelde, cuando haga realidad su pro–
mesa que dice: "Ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua
confesará a Dios" (Romanos 14:11), cuando quebrante el
espíritu soberbio y vanidoso del hombre, entonces el hombre
aprenderá a dar.
Mientras Dios no humille el espíritu altivo del hombre
(lsaías 2:10-12, 17), los pueblos de la tierra no estarán
dis-