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El misterio del reino de Dios
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a Sion ..." (versículo 20). Y prosiguiendo: "Levántate, res–
plandece; porque ha venido tu luz, y la gloria del Eterno ha
nacido sobre ti" (lsaías 60:1).
La única esperanza de justicia, de paz, de verdad, de
soluciones acertadas para los problemas del mundo, es la
venida de Cristo con poder y gloria para establecer el go–
bierno mundial, el gobierno correcto, ¡el gobierno de Dios!
En este y otros pasajes de su Palabra, Dios muestra cuán
incapaz es el hombre de gobernarse a sí mismo y a sus
congéneres. Ahora, 6.000 años de experiencia humana nos
han traído al borde mismo del cosmicidio. Es así como en los
primeros 6.000 años del plan de Dios (que es de 7.000 en
total) se permitió que Satanás hiciera su obra de engañar al
mundo. Luego seguirían mil años (un día milenial) en que no
se le permitirá a Satanás hacer su obra de engaño. Dicho en
otras palabras, Dios señaló seis días mileniales en que el
hombre podrá entregarse a la labor espiritual del pecado, y
luego vendrá un milenio de reposo espiritual bajo el gobierno
que Dios impondrá.
Un gobierno planeado desde el comienzo
Todo esto nos trae a una maravillosa verdad. Ahora
podremos vislumbrar, por revelación divina, la maravillosa
planificación, preparación y organización del gobierno per–
fecto de Dios.
No habrá políticos incompetentes y ambiciosos que pre–
tendan poner sus manos ávidas en las riendas del poder
oficial mediante las maquinaciones políticas de este mundo.
Hoy se pide al pueblo que elija a personas que escasamente
conocen, personas que se les presentan como llenas de cuali–
dades. En el futuro gobierno de Dios, cada persona nombrada
en un puesto de autoridad habrá pasado por pruebas, capaci–
tación y experiencia, y se habrá mostrado en conformidad con
las normas de Dios. Aquí radica el propósito y la necesidad
de la Iglesia. La función de la Iglesia no es simplemente lograr
la conversión de los "primeros frutos" ni traer salvación a los
llamados a salir del mundo y entrar en ella, sino que también
le corresponde preparar y capacitarlos para estos puestos de
mando en el reino cuando la salvación estará a disposición de
todos los hombres.