Página 288 - Spanish

Versión de HTML Básico

274
El misterio de los siglos
Dios ha planeado con anticipación, y no sólo para que su
gobierno rija la tierra. A Adán le había dicho (si no en estas
palabras): "Vete; planea tus propios gobiernos humanos. Crea
tus propios dioses y religiones, producto de tu imaginación.
Desarrolla tu propio conocimiento y estructura educativa;
diseña tus sistemas sociales. En otras palabras, organiza tu
propia civilización humana".
Al sentenciar al hombre a 6.000 años de lejanía de Dios,
Él se reservó
la
prerrogativa de llamar a quienes Él eligiera
para un servicio especial y un contacto especial con Él.
Durante este "día del hombre", Dios está haciendo los prepa–
rativos para su civilización milenial en todos sus aspectos:
gobierno, educación y religión.
Todo empezó con Abraham.
En aquellos tiempos había un solo individuo en la tierra
que tenía carácter y al mismo tiempo era manso y plena–
mente sometido y obediente a Dios, a sus leyes y a su
dirección. Ese hombre era Abraham.
Con Abraham, Dios empezó a preparar hombres para las
más altas posiciones de mando en su mundo futuro. Abraham
vivió en la sociedad más "avanzada" de su época, la más
desarrollada y la más deseable en opinión de
la
gente.
Pero Dios dijo a Abraham, quien se llamaba entonces
Abram: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de
la
casa de
tu padre, a
la
tierra que te mostraré" (Génesis 12:1).
Abram no discutió. No dijo: "¿Por qué? ¿Por qué tengo
que prescindir de los placeres de esta civilización, abando–
nando aun a mis parientes y amigos?"
Abraham no protestó ni vaciló. Está escrito sencilla–
mente: "Y se fue Abram ..." (versículo 4).
Abraham tuvo que pasar por duras pruebas, y cuando
murió, Dios dijo de él: "Oyó Abraham mi voz, y guardó mi
precepto, mis mandamientos, mis estatutos [de gobierno] y
mis leyes" (Génesis 26:5).
Dios estaba preparando a Abraham para cumplir un alto
cargo en su gobierno que pronto regirá al mundo. Abraham
creyó en el gobierno de Dios, lo acató y fue leal a él y a los
estatutos y las leyes divinas.
Abraham recibió las promesas sobre las cuales se basa
la
salvación de toda persona por medio de Cristo. Se le llama