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El misterio
de los
siglos
Jesús dijo que ningún hombre había sido mayor que Juan
el Bautista. Pero aun el más pequeño resucitado en el reino
será mayor que él (versículo 11, última parte). Es evidente,
pues, que Juan el Bautista ocupará un cargo muy alto. Pare–
cería lógico que estuviera con Elías o directamente bajo él.
Elías en nuestros tiempos
Recordemos de nuevo el principio de dualidad. Como dijo
Jesús en el Evangelio de Mateo, la profecía de Malaquías 3:1
se aplicaba a Juan el Bautista en primera instancia, pero si
continuamos leyendo hasta el versículo 5 inclusive, veremos
claramente que la profecía se refiere a alguien que ha de
preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Juan el
Bautista fue una voz que clamaba en el desierto tísico del río
Jordán, preparando el camino para la primera venida de
Cristo como ser humano tísico a su templo tísico en Jerusalén
y al pueblo tísico de Judá, anunciando por anticipado la
buena nueva de que el reino de Dios se iba a establecer en
un futuro.
Pero antes de la segunda venida también habría un
mensajero a la manera de Elías, que prepararía el camino.
Una voz clamaría en el desierto espiritual mundial de confu–
sión religiosa, preparando el camino para el Rey de reyes y
Señor de señores que vendría, espiritual y glorificado, con el
poder supremo y la gloria de Dios a su templo espiritual: la
Iglesia (Efesios 2:21), para establecer realmente el reino de
Dios.
En Mateo 17:1-8 leemos el relato de cómo Pedro, San–
tiago y Juan tuvieron una visión de Moisés, Elías y Cristo
glorificados en el reino de Dios. Luego en el versículo 10 los
discípulos le preguntaron: "¿Por qué, pues, dicen los escribas
que es necesario que Elías venga primero?" Recordemos que
Juan el Bautista había terminado ya su ministerio y había
sido encarcelado antes de que Jesús empezara el suyo. Cuan–
do los discípulos hicieron esta pregunta, Juan el Bautista ya
había venido y había sido muerto. Sin embargo, Jesús respon–
dió, hablando de algo aún en el futuro: "A la verdad, Elías
viene primero, y restaurará todas las cosas" (versículo 11).
Esto no podía referirse de ninguna manera a Juan el
Bautista. Juan no restauró nada sino que llamó a la gente al