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El misterio de los siglos
No se revela cuánto tiempo moraron los ángeles en la
tierra antes del hombre. Pudieron haber sido millones de años
o quizá miles de millones. Sobre esto volveremos más tarde.
En todo caso, los ángeles pecaron. El pecado es la infracción
de la ley de Dios (1 Juan 3:4). Y la ley de Dios es la base del
gobierno divino. Sabemos, pues, que estos ángeles (aparente–
mente la tercera parte del total: Apocalipsis 12:4) pecaron,
rebelándose contra el gobierno de Dios. El pecado acarrea
penas. La pena por el pecado de los ángeles no es la
muerte,
como lo es para el hombre. Los ángeles son seres espirituales
inmortales; no pueden morir. Estos seres espirituales
habían
recibido dominio
sobre la
TIERRA FíSICA
como su posesión y
morada.
El pecado mundial y universal de los ángeles ocasionó la
destrucción física de
la
faz del planeta.
Dios gobierna su creacl6n
Dios es Creador. También es Gobernante de su creación.
Él conserva lo que crea mediante su gobierno. Lo que Dios
crea, lo ha creado con un propósito: para que se utilice, se
mejore, se desarrolle, se conserve y se mantenga. El gobierno
de Dios rige esta utilización de lo creado. Cuando los ángeles
se rebelaron contra el gobierno de Dios, el desarrollo y perfec–
cionamiento de la tierra, o lo que podríamos llamar sus
"últimos toques", se suspendieron. La conservación y dess–
rrollo de la tierra física y toda su hermosura y gloria cesaron.
¡El resultado fue la destrucción física de la superficie terres–
tre!
Con este pecado angelical, Lucero se convirtió en Sata-
nás el diablo y sus ángeles se convirtieron en demonios.
Dios es Creador, Preservador y Gobernante.
¡Satanás es destructor!
Por eso leemos en Judas 6-7: "Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia mo–
rada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas,
para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las
ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos,
habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza,
fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego
eterno".