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Los ángeles y los espíritus malignos
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Su pena
(y
siguen en espera del juicio final) fue la
descalificación: la pérdida de su gran oportunidad, la perver–
sión de su mente y un
CATACLISMO colosal de proporciones
mundiales,
una destrucción que arrasó toda la tierra.
Como resultado, la tierra cayó en el estado descrito
brevemente en Génesis 1:2. Lucero había sido creado como
portador de LUZ; ahora se convirtió en autor de las TINIEBLAS,
del error, la confusión y el mal.
La rebelión de los ángeles pecadores (11 Pedro 2:4-6;
Judas 6-7; Isaías 14:12-15; Ezequiel28:12-17) trajo esta catás–
trofe sobre la tierra.
¿Cómo vería Dios esta situación luego de la colosal
debacle de Lucero y sus ángeles?
El origen de loa demonios
Lucero había sido creado como lo más perfecto en cuanto
a belleza, mentalidad, conocimientos, poder, intelecto y sabi–
duría que Dios pudiera crear en un ser facultado para pensar,
razonar, elegir y tomar decisiones por su cuenta. Dios sabía
que era imposible crear una obra inicial más perfecta.
Pero este ser superior, que adquirió capacitación y expe–
riencia al lado del trono del GOBIERNO DE DIOS sobre el
universo, había recurrido al razonamiento erróneo y había
tomado una decisión pervertida y diabólica. Influyó en los
ángeles bajo su mando hasta llevarlos a la rebeldía también.
Esto pudo haber tomado millones de años. Es muy probable
que Satanás comenzara a pervertir la mente de sus ángeles
una por una. Tenía que hacerles sentirse insatisfechos y
ofendidos, y tenía que inculcarles resentimiento y amargura.
Cuando Lucero dio cabida en su mente a ideas de vani–
dad, celos, envidia, lascivia y codicia, luego de resentimiento
y rebeldía, jALGO LE SUCEDIÓ ASU MENTE!
¡Su mente se pervir–
tió
y
se torció!
Su pensamiento se vició. Dios le había dado,
lo mismo que a los demás ángeles, control sobre su propia
mente. Ahora jamás podrán rectificarlas. Jamás volverán a
pensar de manera racional, honrada y correcta.
He tenido algunas experiencias personales con demonios
por medio de personas poseídas. He lanzado fuera demonios
en el nombre de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.
Algunos demonios son necios, como niños malcriados. Otros