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El misterio de los siglos
C6mo antr6 al pecado
Lucero fue un ser de radiante hermosura, de belleza
perfecta,
pero se dejó arrastrar por la vanidad. Entonces pasó
al razonamiento erróneo. La ley de Dios, fundamento del
gobierno divino, es el camino del AMOR, del interés altruista
por el bien de los demás, del amor a Dios en obediencia,
humildad y adoración. Es el camino del dar, compartir,
ayudar y cooperar. Lucero razonó que la competencia sería
mejor que
la
cooperación. Sería un incentivo para esforzarse
más y sobresalir, un incentivo para lograr más. Servir al
yo
sería más agradable y traería más felicidad.
Se puso, pues, en contra de la ley divina del AMOR. Tuvo
envidia de Dios. Se dejó llenar de celos, resentimiento, lasci–
via y codicia, y se amargó. Esto suscitó un espíritu de
violen–
cia.
Se convirtió deliberadamente en adversario y enemigo de
su Hacedor. Esta decisión fue
suya,
no de Dios ... ¡pero Dios
la permitió!
Dios cambió su NOMBRE de acuerdo con su nueva natu–
raleza: SATANÁS el DIABLO, que significa precisamente "adver–
sario" o "enemigo".
Desde entonces Satanás dirigió sus poderes sobrenatura–
les por las sendas del MAL. Se amargó no solamente contra
Dios sino contra la ley de Dios. Se valió de sus argucias y
capacidad de engaño para conducir a los ángeles bajo su
mando hacia la deslealtad, la rebelión contra el Creador,
rebeldía que culminó con una GUERRA de agresión y violencia
para derrocar a Dios y arrebatarle el trono del UNIVERSO.
Mientras Lucero fue leal y administró fielmente el
GOBIERNO DE DIOs, la tierra estuvo llena de una
PAZ
maravillosa
y perfecta. Los ángeles disfrutaban de una VIVA FELICIDAD. La
ley del gobierno de Dios es el CAMINO DE VIDA que CAUSA y
produce la paz, la felicidad, la prosperidad y el bienestar. El
pecado es el CAMINO DE VIDA que ha CAUSADO todos los males
existentes.
La pena del pecado de los ángeles
no
fue la muerte, pues
Dios los había hecho seres espirituales e inmortales que no
podían morir. Dios les dio la TIERRA por morada y la oportu–
nidad de mostrarse aptos para poseer y embellecer el UNI–
VERSO entero.