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Cómo solucionar sus problemas de finanzas
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Me permito narrar otra experiencia. Conocí muy bien a
cierto agricultor, también en el estado de Oregón, que
cultivaba legumbres en gran escala. Tuve oportunidad de
visitarlo en cierta ocasión poco después de que el río Santiam
se hubo desbordado. Fue la inundación más desastrosa
ocurrida en años. La mayor parte de sus siembras, ya
próximas a rendir fruto, fueron anegadas.
Yo me quedé abismado, pero él no parecía perturbarse en
lo más mínimo.
"Estoy pensando en dos promesas que Dios me ha
hecho", dijo simplemente. "Una, que a los que aman a Dios,
TODAS
las cosas les ayudan a bien. La otra, que El ha
prometido proteger y prosperar a quien le paga su diezmo. Por
ahora yo no veo cómo esta calamidad puede obrar para bien
mío, pero sé que así será, porque Dios lo dijo. Por lo tanto, no
me quejo ni murmuro sino que
LE DOY GRACIAS
y le alabo".
Finalmente, las aguas decrecieron y, ante el asombro de
todos, los sembrados de aquel señor no se dañaron ... excepto
un pequeño campo con legumbres tardías que podían repo–
nerse fácilmente porque aún no estaba muy avanzada la
temporada. Era simplemente cuestión de un poco de trabajo
adicional.
Lo sorprendente de esto fue que su tierra y la de su vecino
eran idénticas, contiguas, sin que las separara siquiera una
cerca. La diferencia fue que su vecino no pagaba a Dios su
diezmo. Aunque los sembrados de ambos se inundaron por
igual, el que pagaba fielmente su diezmo quedó indemne
mientras que la cosecha del otro fue arrasada. A consecuencia
de la inundación, las siembras de muchos agricultores
quedaron destruidas aquella primavera, circunstancia que
provocó un alza de precios en el mercado. Como resultado, mi
amigo recibió mayores ingresos ese año. ¡Tenía al Dios
Todopoderoso como socio en todas sus transacciones!
Dios es nuestro socio
En cierta ocasión leí un libro acerca de una persona bien
conocida que, según ella, decidió hacer de Dios su socio en
todos sus negocios
DÁNDOLE
una décima parte de todo cuanto
ganaba.
Pero esta persona cometió un grave error. No somos