Página 23 - Spanish

Versión de HTML Básico

Cómo solucionar sus problemas de finanzas
19
que es la forma que Dios provee para que le paguemos a El LO
QUE ES SUYO.
De ese momento en adelante el ministro que recibe los
diezmos
tiene que rendir cuentas a Dios.
Y
podemos tener la
plena seguridad de que la justicia de El es PERFECTA, que el
Todopoderoso llamará a cuentas a cada ministro
¡en forma
mucho más estricta de lo que podríamos hacerlo nosotros!
Una vez entregado el diezmo, quien lo pagó ha pagado a
Dios el diezmo de El.
¿Qué hace Dios con su diezmo?
Es necesario ahora explicar
lo que hace
DIOs
con el
diezmo.
La verdad, de acuerdo con las inspiradas Escrituras de
Dios, es que Ello usa para
SU
MINISTERIO: jPARA EL SOSTENI–
MIENTO YPROGRESO DE SU OBRA!
Con el cambio de administraciones, la
naturaleza
del
ministerio de Dios sobre la Tierra ha experimentado cambios
también. La Biblia no describe en detalle cómo se llevaba a
cabo el ministerio de Cristo en la época de los patriarcas.
Sabemos que Melquisedec era el sumo sacerdote
y
que su
rango era igual al de Jesucristo; en otras palabras, jera un
miembro de la Deidad! Al parecer, pues, el ministerio era de
naturaleza
espiritual.
Los escritos del Nuevo Testamento
revelan que el EVANGELIO, el mensaje espiritual de Dios, fue
predicado de antemano a Abraham. Lo único que sabemos de
aquellos días remotos de la antigüedad es que los diezmos se
pagaron a Melquisedec, un ser divino, para el servicio del
ministerio de Dios.
Empezando con Moisés, se introdujo una administración
nueva
y
diferente. Dios formó a Israel como nación civil,
y
también como iglesia (ver Hechos 7:38). Pero entre Moisés
y
Cristo, bajo el antiguo pacto, el ministerio de Dios fue
puramente
nacional,
para
Israel
únicamente,
y
fue un
ministerio enteramente MATERIAL, no espiritual.
Como iglesia o congregación, Israel recibió una serie de
ceremonias
y
ritos físicos: sacrificios, libaciones
y
ordenanzas
carnales (ver Hebreos 9:10). Estos eran reglamentos de
naturaleza material, no espiritual. Israel, bajo el antiguo
pacto, no recibió el Espíritu Santo de Dios
y,
aunque parezca