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¿Creó Dios la naturaleza humana?
Todo esto constituye un notable ejemplo de la
sutileza
de
Satanás. El ha podido engañar incluso a las mentes humanas
más brillantes. Ha logrado influir al
mundo entero
para que
siga lo que he denominado el camino del
"OBTENER",
el cual se
ha convertido en lo
natural
y
habitual
hasta el punto de que
lo llamamos
"NATURALEZA HUMANA".
Pocas personas se dan cuenta de cuántos pasajes en la
Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento, nos advierten
acerca de Satanás y sus argucias. Pero antes de comentar más
sobre esto, continuemos leyendo el segundo capítulo de la
Epístola de Pablo a los Efesios.
En el primer capítulo de esta carta el Apóstol da gracias y
alabanzas a Dios quien "nos" ha bendecido (a los convertidos
en Efeso, a Pablo y a todos los cristianos) con toda bendición
espiritual. Dios nos había escogido desde antes de nacer, antes
de la fundación del mundo, y nos predestinó a ser llamados a
la salvación espiritual. Nos ha dado abundantemente de su
gracia. Ha mostrado que nosotros, los que hemos sido
llamados en este tiempo, somos los
primeros
en ser llamados a
esta gracia (haciendo notar que El no está tratando de salvar
al mundo actualmente, sino sólo a aquellos que han sido
predestinados para ser llamados ahora). Pablo había oído de
la fe de los efesios y nunca cesaba de dar gracias por ella. El
oraba para que su entendimiento les fuera abierto a fin de que
pudieran comprender plenamente el sorprendente potencial
humano, la suprema grandeza de su herencia divina.
El segundo capítulo de Efesios nos informa que los
cristianos de Efeso estaban espiritualmente muertos, mas
Cristo los impregnó con vida eterna, ahora estaban vivos
espiritualmente.
En el pasado vivían de acuerdo con los patrones de este
mundo (siguiendo el camino del egoísmo), según el príncipe de
la potestad del aire. En 11 Corintios 4:4 (versión Reina-Valera,
revisión de 1977) Satanás es llamado el "dios de este mundo",
quien ha cegado las mentes de aquellos que no creen en Cristo
ni en su verdad. Pero no es que los corintios hubieran
heredado esa ceguera espiritual, sino que fue Satanás quien
los cegó
directamente.
En el segundo capítulo de Efesios, Satanás es llamado el
PRÍNCIPE DE LA POTESTAD DEL AIRE.
Reparemos con cuidado en